Notas del test de estrés sin Messi

Jordi Alba no tiene sustituto en el Barça

Jordi Alba no tiene sustituto en el Barça / VALENTÍ ENRICH

Ernest Folch

Ernest Folch

¿Cómo será el Barça sin Messi? La pregunta que no tiene respuesta porque nadie quiere planteársela ha tenido un pequeño anticipo ficticio en estas dos semanas sin él, que han servido de auténtico test de estrés. Ayer se supo que Messi viajará con la expedición blaugrana a Milán, y se dio por concluido el pequeño paréntesis sin él. Es la hora de hacer balance y presentar las notas de este difícil examen.

La indiscutible matrícula de honor es para Luis Suárez, que ha multiplicado su efectividad, coraje y liderazgo cuando más se le necesitaba. Llegó al tramo sin Messi discutido y sale de él con la cabeza muy alta, y como el ‘9’ que marca diferencias con los otros equipos, especialmente el Madrid, perdido sin Cristiano.

El excelente es para Jordi Alba, que ha encadenado actuaciones superlativas, y ha convertido la banda izquierda en un jardín de su propiedad con el que el equipo abre los partidos y perfora las defensas rivales. El Barça casi tendrá que agradecerle a Luis Enrique su injustísima decisión de no convocarle, que ha servido de hipermotivación para el que ahora es quizás el mejor lateral izquierdo de Europa. Sin duda Ter Stegen merece también la máxima nota, salvador a cada partido, genial e infalible a la vez.

El notable es para Sergi Roberto, otra vez decisivo en su banda y desbordando con su extraordinaria movilidad su posición de lateral; para Piqué, cada vez más en forma después de su inicio titubeante; para Busquets y Rakitic, que ya han alcanzado su velocidad de crucero, y para Lenglet, un muy buen fichaje que desde la discreción y el silencio está logrando que casi nadie se acuerde de la lesión de un titular como Umtiti. También se merece un notable Valverde, que respondió a la ausencia de Messi con la valiente apuesta por un solvente Rafinha, ha consolidado el medio campo con la seguridad de Arthur y ha empezado a intervenir decisivamente en los partidos desde el banquillo como el triple cambio ante el Rayo, que ayudó a la reacción del equipo.

Un bien para Dembélé, que a pesar de los debates que lo rodean, es capaz de traducir sus apariciones en goles, y parece haber encontrado su rol de jugador número 12, un papel que se ha echado mucho de menos las últimas temporadas.

El aprobado justo es para Coutinho, que a pesar de marcar un gol en el clásico, no ha tenido el protagonismo que su ‘caché’ exige y también para Arturo Vidal, que aporta oficio y carácter, aunque siempre con un papel secundario y desde el banquillo.El suspenso queda para la difícil situación de Malcom, marginado en un ostracismo tan injusto como difícil de entender, y la poca utilización de la cantera, la gran asignatura pendiente de Valverde.

El balance general es casi inmejorable, y sin duda todo el mundo lo habría firmado en el momento en el que el codo de Messi dejó en vilo al Camp Nou en el partido contra el Sevilla.