Ni Nostradamus predijo lo de Mateu y el Barça

Joan Laporta y Mateu Alemany durante la presentación de Robert Lewandowski

Joan Laporta y Mateu Alemany durante la presentación de Robert Lewandowski / VALENTÍ ENRICH

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Michel de Nôtre-Dame, al que algunos conocen como Michel Nostradame y los colegas del sur de Francia que se repartieron el globo terráqueo conocen como Nostradamus, no incluyó, que se sepa, ningún texto referido al Barça.

Es posible que no lo hiciera porque el Barça, en el siglo XVI, que es en el que vivió nuestro hombre, no era ni un proyecto de club. De hecho, este célebre adivino tampoco se refirió nunca al deporte de masas en el que se ha convertido el fútbol. No existía. Es una pena que Nostradamus no pudiera disfrutar de Leo Messi, pero nadie escoge cuándo nace.

Quien predijo la Revolución Francesa, el ascenso de Adolf Hitler o las bombas de Hiroshima y Nagasaki no tenía rival echando las cartas, que es lo mismo que escribir un libro llamado ‘Les Prophéties’ en 1555. Y, sin embargo, se hace imposible imaginar a Michel sentado, pluma en mano, escribiendo sobre las andanzas de un caballero balear de origen germánico (precursor del decimoséptimo land alemán) llamado Mateu que decide emprender ruta hacia Albión y, a medio camino, da marcha atrás porque se le había olvidado apagar el horno. El adivino tenía imaginación, pero no tanta. 

En este foro pedíamos explicaciones por el adiós, un año antes de acabar su contrato, del ejecutivo deportivo más importante de la entidad, clave en un proyecto incipiente. Ahora, en cambio, esos argumentos no son tan necesarios porque lo que tocaría es explicar por qué donde dijo digo ahora dice Diego.

Las primeras informaciones apuntan a que Mateu Alemany se ha dado cuenta de que no había acabado su trabajo en el Camp Nou. Es de suponer que, durante los quince días que han transcurrido desde su adiós hasta su “era broma”, habrá abierto el cajón y, tras meter la mano, habrá descubierto carpetas escondidas que debía atender.

Albión puede esperar y además está muy lejos. Joan Laporta, que tampoco aparece en ‘Las profecías’, le ha dicho que vale, que total aún no había recogido las fotos familiares de su despacho y que lo del comunicado de prensa para anunciar su salida es una chorrada sin importancia. Que no se preocupe. “Una forta encaixada” y listos.

Además, Mateu ahora tendrá más espacio porque Jordi Cruyff ya no está, a no ser que también se lo repiense. Eso sí, seguramente deberá entenderse con Deco pero, como Mateu es un hombre de mundo, no habrá problema. Si Michel levantara la cabeza, la volvería a enterrar porque ni siquiera una mente como la suya fue tan imaginativa.