Otra noche de agonía en el Palau

El Palau volvió a disfrutar de la Euroliga con la visita del Panathinaikos

El Palau volvió a disfrutar de la Euroliga con la visita del Panathinaikos / EFE

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

El día de la marmota. El Barça acostumbra a bordarlo en los primeros 10’. Ante el PAO, no fue una excepción. Los blaugranas anotaron 8 triples, tres Mirotic y otros tantos Laprovittola, en este periodo. Un parcial de 28-12, que, otra vez, creíamos que seria premonitorio. Grave error. Una rotación total en el segundo cuarto lo trastocó todo. Además, el equipo griego endureció su defensa, cometiendo muchas faltas, pero logrando trabar el ritmo de los de Saras.

Fueron minutos de descontrol local, que aprovechó un Ponitka que, gracias a su físico, forzó faltas y anotó tiros libres. También empezaron a entrar los triples del PAO y, poco a poco, las dudas se apoderaron de los jugadores y también del público. La situación se complicó antes del descanso, y el técnico blaugrana tuvo que colocar en pista a sus piezas básicas para equilibrar el juego.

El Barça mantenía una renta cómoda en el marcador, pero la sensación es que había permitido al rival entrar en la batalla por llevarse el partido. Un escenario que se hizo más palpable en la reanudación, con un Barça sin ritmo, con una defensa pasiva, pocas faltas, y espeso, muy espeso, en el ataque 5x5 posicional. El rebote ofensivo era del PAO, la pareja Gudaitis-Papagiannis dominaba la pintura, y empezó a hacer acto de presencia Bacon. Suerte que los griegos no estuvieron finos desde el triple.

El periodo del miedo

El PAO vino al Palau con sólo 10 jugadores. Pero, a veces, lo que puede ser un problema acaba siendo una ventaja. Hubo más minutos para sus hombres clave y lo aprovecharon. Como viene siendo habitual el último cuarto fue agónico para el Barça. Saras apostó por jugar con sus tres bases, un equipo pequeño, y jugadores como Bacon lo aprovecharon para superar por fuerza a sus defensores en el 1x1.

Del 62-51, se pasó a un inquietante 69-68. Para llegar a esta igualdad cabe destacar que el Barça sufrió un vértigo inexplicable en ataque, con muchas pérdidas, y descontrol en el rebote defensivo. Saras tuvo que poner en pista a Mirotic, padeció una defensa muy dura, y Kalinic, fuerza y experiencia, pero el panorama no mejoró. Esta vez, en un cara o cruz como ante el Asvel, un par de jugadas de mérito blaugranas, 5-0, les dio la victoria.

El Barça, suma y sigue, está a punto, falta el Unicaja el domingo, de completar una semana redonda. Serían cuatro triunfos seguidos. Un desgaste evidente que puede explicar las oscilaciones que los de Saras tiene, sean debidas a este calendario de locura.