No matemos a la gallina de los huevos de oro

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Toni Frieros

Toni Frieros

El clásico escritor griego Esopo nos dejó en herencia, mucho siglos antes del nacimiento de Jesucristo, una de sus más conocidas fábulas: La gallina de los huevos de oro. Más de dos mil años después, la enseñanza moral de aquella historia protagonizada por dos granjeros avariciosos, sigue más vigente que nunca en nuestra sociedad. Nadie se conforma con lo que tiene. Todos queremos más. El dinero, como decía Antonio Gala, se ha convertido en el Dios de todos.

No es nada casual que hayan coincidido en el tiempo, en los últimos meses, los proyectos de la Real Federación Española de Fútbol, la FIFA y la UEFA de modificar sus competiciones o, incluso, crear algunas nuevas. 

Todos esos entes federativos tienen en común entre ellos la imperiosa necesidad de fabricar formatos competitivos que les permita organizar un mayor número de partidos de fútbol. La ecuación es bien sencilla.Más partidos , más derechos de televisión. Más televisión, más dinero.

Diríase que están viendo las orejas al lobo y han caído en la cuenta de que el actual modelo de negocio del fútbol se ha estancado y, por lo tanto, necesitan más combustible (dinero) para seguir haciendo que la rueda gire y gire sin parar...

La FIFA ya dio el primer paso cuando autorizó la participación de 48 países para la edición del Mundial de Qatar de 2022, dieciséis  selecciones más que Rusia 2018. 

Mundial de Clubs de 24 equipos

Y no contento con ello, la FIFA ya ha anunciado que entre el 17 de junio y el 4 de julio de 2021 se disputará un nuevo Mundial de Clubs donde tomarán parte 24 equipos (8 representantes de la UEFA), olvidándose que para esas fechas, la gran mayoría de clubs están de vacaciones o a punto de iniciar sus respectivas pretemporadas o giras veraniegas.

La UEFA no se queda atrás y ya no esconde, ni disimula, su deseo de parir una Liga Europea con los 18 mejores clubs del continente que, ¡ojo al dato!, se disputaría los fines de semana.  Si fuera así, ¿qué sentido tendría entonces la actual Champions League? Desaparecía claro. 

Relegar a las ligas domésticas a los martes, miércoles o jueves, sería acabar con ellas y con todos los  planes de expansión de la Premier o LaLiga, por ejemplo. La Liga Europea los empequeñecería de tal forma que ya pueden ir olvidándose de esos millonarios ingresos por derechos de televisión.

A todo ello, también la RFEF quiere  organizar una Supercopa de España fuera del territorio nacional con una Final Four.  Un modelo idéntico, pero dentro del país, para la Copa del Rey

Yo me pregunto: ¿alguien ha tenido en consideración y en cuenta la opinión de los clubs y de los futbolistas antes de aventurarse a esta locura colectiva? Claro, porque tanto FIFA, UEFA como  RFEF quieren hacer negocio con ‘algo’ que no les pertenece: los jugadores.

Así es, efectivamente, porque quienes adquieren sus derechos y quienes pagan sus millonarios salarios son los clubs. Ellos son los que corren con todo el riesgo. Son, por lo tanto, patrimonio de esas entidades . Lo  que hacen FIFA, UEFA y RFEF, a cambio de una pequeña parte de ese pastel, es abusar de su posición de dominio para exprimir cada día más a esos clubs, a esos jugadores, llevando a la industria del fútbol a unos límites de saturación insostenible.

El FC Barcelona, uno de los actores principales en esta obra global, tiene todo el derecho del mundo a defender la posición que más le convenga como club. Estoy convencido que estaría a favor de una Liga Europea, sí, siempre y cuando no perjudicara en lo más mínimo a su verdadero campo de acción, la liga española