Neymar, solución al fracaso de Coutinho y Dembélé

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Ernest Folch

Ernest Folch

Tras una triste salida de Coutinho por la puerta de atrás, forzada con una cesión y que explicitaba por sí misma su pésimo rendimiento desde que llegó, al Barça le cayó encima otra lesión de Dembélé. El francés ya se ha lesionado cinco veces, se ha perdido 44 partidos oficiales, a los que habrá que sumar otros siete si se cumplen los pronósticos más optimistas de su recuperación.

El problema principal con Dembélé ya no son los partidos que se ha perdido y el ritmo de competición que nunca termina de conseguir, sino que da la continua sensación de que, más allá de algunas jugadas aisladas geniales, no es capaz de devolver la confianza que el club depositó en él desde el principio y que, al menos con la boca pequeña, seguía depositando antes de esta última lesión.

Nadie duda del talento de Dembélé ni de su velocidad explosiva, lo que ahora mismo está ya en seria duda es su capacidad para asumir los retos que plantea un gran club como el Barça, que parece venirle grande desde el primer día que entró. Tantas lesiones son un síntoma de una evidente falta de profesionalidad, que se suma a problemas serios de concentración en el campo, como le recriminó Piqué en su particular naufragio en San Mamés.

Frivolidades del francés

En una retorcida búsqueda de culpables, hay quien señala ahora a Abidal por no haber sabido acompañar y enderezar a Dembélé, una teoría que cae por su propio peso porque las frivolidades del francés son solo responsabilidad de él mismo y porque la actual secretaría técnica nada tiene que ver con la famosa huida hacia delante del verano del 2017, el momento exacto en el que se abrió el círculo vicioso que el club trata ahora de cerrar.

Un verano que empezó con el entonces vicepresidente y máximo responsable deportivo Jordi Mestre diciendo que Neymar se quedaba al 200%, justo el día que este periódico avanzaba por primera vez el malestar que terminaría con su fuga, y luego autorizando él mismo la contratación de Dembélé y Coutinho, con los resultados ya conocidos.

El problema es que el responsable de aquel desaguisado ya no está y los que vinieron después han tenido que gestionar, como han podido, aquella cadena de errores. Por eso, el Barça trata hoy por todos los medios, y con fórmulas complejas, de volver al origen, recuperar a Neymar y deshacer el camino tan mal andado.