Siempre negativos, nunca positivos

Gavi celebra el gol de Alba

Gavi celebra el gol de Alba / JAVI FERRÁNDIZ

Carles Sans

Carles Sans

Se ha escrito mucho acerca de la influencia que tienen nuestros pensamientos sobre la conducta y el posterior resultado de un proyecto. Si proyectas en positivo, dicen, es más probable que las cosas te salgan bien; por el contrario, si se generan pensamientos negativos, lo más probable es que las cosas se tuerzan y esa negatividad acabe influyendo en el resultado de un proyecto. 

Digo esto porque muchas veces el barcelonismo, a la hora de analizar a un jugador, al equipo o al club en general, se sirve de un ancestral negativismo que hace que casi todo se vea por el lado pernicioso, en el que lo negativo y una perpetua displicencia empañan cualquier iniciativa que parta del club. Muy bien tienen que ir las cosas para que en el Barça cese el empeño de criticar y predecir que las cosas irán mal.

Ahora que venimos de una gestión nefasta de la anterior junta y de una temporada en blanco parece el momento propicio para multiplicar la crítica y aumentar el negativismo ante cualquier iniciativa que persiga la mejora del club.

Se ficha a Christensen del Chelsea, ya no gusta porque le falta sangre y no va a cuajar; se ficha a Kessié del Milán, ya se está diciendo que no lo conoce nadie y que será otro fracaso. Llegó el pobre Luuk de Jong, un profesional, que si bien no tiene cabida en el Barça, tuvo que demostrar a fuerza de cabezazos que estábamos siendo muy injustos con él. A las pocas semanas de estar Laporta y su junta en el gobierno, ya se le criticaba por activa y por pasiva.

Fijémonos en el eterno rival, el Real Madrid. Veremos que el amo y señor del club, don Florentino, hace y deshace a su gusto mientras que los madridistas se lo aplauden todo; hasta de los fiascos saben positivar. En el campo, es ese pensamiento positivo el que les hace creer que lo imposible es posible. Y así les va.

Han sido campeones porque desde el primer minuto afición y jugadores han creído en la posibilidad de remontar y llegar a la final, y lo han hecho. No sé por qué narices los culers tenemos que proyectar al contrario. Lo pernicioso nos hace pequeños, y parte de los que nos pasa es por la culpa de quienes siempre ven el vaso medio vacío, y así, estoy convencido, no seremos campeones de nada.