Opinión

Nadie ha salvado al Barça de su desaparición

Laporta y la plantilla han vivido un año plagado de títulos

Laporta y la plantilla han vivido un año plagado de títulos / Valentí Enrich / SPO

Sería indecente por mi parte no reconocer la cuota de mérito que le corresponde a Joan Laporta y a su junta directiva por los títulos conquistados por el equipo de Flick. El barcelonismo está viviendo unos días de gran felicidad y eso es impagable.

Sin embargo, también sería indecente por mi parte cambiar de opinión sobre lo que viene sucediendo y sucede en el club desde marzo de 2021 solo por haber ganados esos títulos. Si los que antes se odiaban a muerte hoy se abrazan y se dan besos y se agarran del brazo, allá ellos con su conciencia e intereses. Eso tiene un nombre.

Laporta y los suyos tienen todo el derecho del mundo a darse estos baños de masas y a disfrutar del momento. Es justo y necesario. No hubiera dicho ni pío de no ser porque el presidente, Elena Fort y Enric Masip han aprovechado este clímax de euforia para afirmar que han salvado al FCB de su desaparición y que antes todo era un desastre, incluido el Barça de Xavi Hernández, que también conquistó una Supercopa de España y una Liga de forma brillante.

No es que me parezca fuera de lugar, es que esa cantinela y discurso es falso. Un discurso lleno de un rencor siempre latente que ni es justo ni se ciñe a la realidad de los hechos. Al final pensaré que se parecen a la legendaria folclórica Lola Flores cuando dijo: “Aunque diga una mentira, es verdad, porque mis admiradores siempre me creen”.

La temporada pasada, con el primer equipo sin haber ganado un título y habiendo cerrado el curso con 91 millones de pérdidas (muchas más a juicio de la empresa auditora con la que partieron peras), ¿también habían salvado al club de su desaparición? Entonces, todo el mundo callado.

A veces me da la impresión de que se creen que antes de llegar al club, el FCB no existía y que lo han inventado ellos. Viven tan encerrados en su mundo, un mundo endogámico, que todos los que les han precedido fueron unos inútiles. Cuando en 2015 el Barça conquistó el triplete y era la gran referencia mundial, superando los 1.000 millones en ingresos, tampoco les parecía bien y criticaban todo lo que hacían. Hoy, si alguien hace eso, es antibarcelonista con ánimo de desestabilizar.

Dice Masip que el gran mérito de Laporta es que vive las 24 horas del día por y para el Barça. ¿Qué ocurre, que es un pecado que todos supiéramos dónde trabajaban y cómo se ganaban la vida los anteriores presidentes? Ellos creerán que este modelo de gobernanza familiar es el adecuado. Mucha gente piensa que el FCB merece otro modelo.

Ellos han heredado el mejor equipo femenino de fútbol de la historia. ¿O también han creado a Aitana y Alexia? Igualmente han tenido el proyecto Espai Barça listo para ser ejecutado, ahorrándose años y años de permisos y papeleos. Unas secciones profesionales triunfales, hoy debilitadas. Un Àrea Social modélica, hoy exigua. Innovation Hub. Un activo extraordinario, BLM, que es la joya de la corona y otro, el famosísimo Barça Studios , ‘palanca’ que han utilizado torpemente, con ingeniería financiera incluida, para tener Fair Play. Y el terreno deportivo, el trabajo de mucha gente y muchos años de La Masia: Gavi, Balde, Fermín, Héctor Fort, Bernal, Cubarsí, Casadó, Lamine Yamal...

¿Todo eso es salvar al FCB de su desaparición? Cada año, nada más levantar la persiana, el FCB ingresa entre 600 y 700 millones: derechos de TV, patrocinadores, ticketing, merchandising, etc...

¿Y la masa salarial? He aquí la cuestión... Miren, cuando llegaron en 2021, la masa salarial de la plantilla era inasumible porque estaba casi a la par de los ingresos. Lo sabían los tres candidatos a la presidencia. Aunque lo pudiera pagar, a Bartomeu se le fue la mano con las fichas por no saber decir no a las estrellas. Su gran error. Ahora bien, la pandemia no la creo él.

La junta de Laporta no rebajó ni un euro esa masa salarial en junio de 2021. Al contrario, lo que hizo fue aumentarla en 163 millones por la devaluación a cinco jugadores. Unas pérdidas de 480 millones infladas de forma artificial (entre ellos 90 millones de provisiones, 50 por el litigio de Neymar con el que luego pactaron) pese a la advertencia de la empresa auditoria (EY) que, claro, se sacaron de encima, como después a Grant Thornton.

Todo eso impidió la renovación de Leo Messi y que Koeman tuviera una plantilla competitiva. ¿Hubiera ganado Flick la Liga y la Copa con aquellos jugadores? En octubre saltaron las alarmas y para darle a Xavi lo que pidió echaron mano de la primera palanca: la venta del 25% de los derechos de TV que se estarán pagando durante 25 años. Gran herencia. Aquella ‘broma’ acabará costándole al FCB más de 1.000 millones de euros, tirados a la basura.

Por culpa de aquella devaluación de jugadores y por echarle toda la porquería a la junta anterior, el actual FCB arrastra un Via Crucis con el Fair Play financiero. Puede que Javier Tebas no lo haya puesto nada fácil, o sí (con Barça Studios le metieron un buen gol), pero el FCB no puede estar siempre sobre el alambre salvando los muebles en el último suspiro.

Y eso que, por cuestión de vida, tuvieron la suerte de que las vacas sagradas acabaron sus carreras: Piqué, Alba, Busquets y Sergi Roberto. Admito que, salvo con Lewandowski, esta junta tuvo más sentido común a la hora de pagar a los jugadores.

¿Qué sería hoy de este club sin las ‘palancas’, sin la venta de activos futuros? Cuatro años con esta cantinela. El primer equipo lo ha hecho muy bien, sí, pero el club es otra cosa. No me duelen prendas a la hora de felicitar a quien lo merece, si bien aquí nadie ha salvado al FCB de desaparecer.