Ya nada será igual en el fútbol

Messi en el partido de ida de octavos de la Champions ante el Nápoles

Messi en el partido de ida de octavos de la Champions ante el Nápoles / AFP

Lluís Mascaró

Nada es igual. Desgraciadamente. La pandemia ha dado un giro radical y dramático a nuestras vidas. Los que, afortunadamente, no nos hemos infectado (todavía y crucemos los dedos) y nuestra profesión nos lo permite, teletrabajamos desde casa. Yo comparto despacho con mi mujer. Y, en ocasiones, coincidimos los dos efectuando videoconferencias, con las consiguientes interferencias. Pero no nos peleamos (demasiado). Lo llevamos relativamente bien.

Las cervezas con los amigos del gimnasio son también virtuales pero imprescindibles. Y el grupo de whatssap echa humo, especialmente a primera hora de la mañana. Cada uno hace ejercicio como puede y nos vamos motivando con nuestros retos. El ‘Face Time’ con mi hija es obligado cada noche: nos vamos contando nuestros aburrimientos y nuestros miedos. Los cotilleos los dejamos para la llamada con Pep y Tere... Y así pasamos los días y ya llevamos tres semanas de confinamento. Nada es igual que antes. Y resulta difícil vislumbrar cuando lo volverá a ser.

En el mundo del fútbol también ha cambiado todo por culpa del coronavirus. Y más que va a cambiar. La FIFA, por ejemplo, ya propone medidas extraordinarias que pueden revolucionar los próximos meses, como alargar los contratos de los futbolistas más allá del 30 de junio (hasta que acabe la temporada 20-21, sea cuando sea) o abrir una gran ventana de mercado de fichajes que se prolongaría por cuatro meses (tal vez hasta enero).

Los clubs, sumidos en la misma crisis que los gobiernos, las empresas y los ciudadanos, deberán adaptarse rápidamente a los nuevos tiempos post-coronavirus. Porque ahora nada es igual. Pero cuando acabe la pandemia, tampoco lo será.