El Mundial de Clubs, un título menor

Cristiano Ronaldo durante la semifinal del MUndial de Clubes 2017 Al Jazira - Real Madrid

Cristiano Ronaldo durante la semifinal del MUndial de Clubes 2017 Al Jazira - Real Madrid / EFE

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El Madrid disputa esta tarde la final del Mundial de Clubs. Un título menor que solo sirve para completar un gran palmarés. Como le sucedió al Barça del sextete. Aquella agónica victoria del equipo de Guardiola ante el Estudiantes en Abu Dabi, con gol de Pedrito (sí entonces todavía era Pedrito, hoy es Pedro y juega en el Chelsea) fue la culminación de un 2009 perfecto. Tan perfecto como aquel Barça que jugaba como los ángeles. Tan perfecto que nadie ha conseguido repetirlo. Ni siquiera el Barça del tridente. Ni mucho menos, el Madrid de la BBC. 

Los blancos pueden lograr ante el Gremio su quinto título del 2017, tras la Liga, la Champions, la Supercopa de España y la Supercopa de Europa. Un palmarés excepcional, por supuesto. Pero no perfecto. Y esa perfección es lo que más envidian Florentino Pérez y los aficionados madridistas, que siguen teniendo pesadillas recurrentes con el sextete del Barça. Ellos, que presumen de ser el mejor club del siglo XX, comprueban acomplejados como el Barça es el más grande del siglo XXI. La era moderna, la era del fútbol en color, es blaugrana.

Mientras el Madrid lucha hoy por este título menor, el Barça puede dar un paso definitivo hacia el título de Liga a mediados de diciembre ganando mañana al Deportivo en el Camp Nou. Los blaugranas se pondrían a 11 puntos de los blancos (que tendrían un partido aplazado) y con la opción de ponerse a +14 el día 23 en el clásico que se disputa en el Bernabéu. No hay que caer en la tentación del cuento de la lechera, pero si el conjunto de Valverde gana los dos próximos partidos, tendrá medio campeonato en el bolsillo. El Barça ha completado un primer trimestre de Liga extraordinario, con 12 victorias y 3 empates, y puede irse de vacaciones navideñas con los deberes más que hechos si asalta, una vez más, el Bernabéu. Algo nada improbable vistos los resultados de los últimos años…

dad para hacerlo.

Iniesta decidió no hurgar ayer en la herida de la impertinencia de Cristiano Ronaldo y se comportó como todo un caballero elogiando al portugués como se merece. Porque Cristiano se merece todos los elogios posibles. Y recibiría más (y más sinceros) si entendiera que con soberbia no se gana el cariño. Pero me parece que ya es demasiado tarde para que lo entienda. Y para que aprenda de Iniesta. Y de Messi…