El multiusos de La Masia

Arnau Solà

Arnau Solà / Instagram

Una de las preocupaciones de las familias de los jugadores del fútbol base del Barça es que les deparará el futuro. Son muchos los que destinan horas y horas cada semana para que su hijo pueda disfrutar de lo que más le gusta. Una de esas familias es la del jugador Arnau Solà. Nacido en Amposta, lleva varios años viviendo en La Masia para no tener que afrontar el gran desplazamiento que hay hacia Barcelona. Los que sí que se lo hacen cada semana son sus padres Miquel y Tere y su hermano pequeño Ian. Un sacrificio que lo es menos ya que les sirve para estar cerca de su hijo y mostrarles su apoyo. Pocos saben lo duro que es vivir lejos de tus padres durante tu adolescencia y esos ratitos saben a gloria. 

Otra de las preocupaciones de los padres es dónde podrá jugar mi hijo al fútbol si algún día se termina el sueño de lucir la camiseta del Barça. El gran dilema llega por el tipo de juego azulgrana. El ADN que se forja en La Masia es muy especial y va destinado a un estilo de juego determinado. Sin embargo, fuera del Barça acostumbran a tener muchos problemas para jugar al ser un estilo totalmente diferente. Por ello, Arnau Solà goza de un gran privilegio: puede jugar en infinidad de posiciones. Este hecho le permite ser un jugador polivalente que está absorviendo lo mejor de cada posición para mejorar como jugador. Desde sus inicios en el Amposta siempre se le vio con más calidad que al resto. En su paso por la Rapitenca lo confirmó y el Barça se lo llevó para el Infantil B. Arrancó de interior pero poco a poco fueron descubriendo que podía jugar en más posiciones. En Infantil A, el entrenador Carles Martínez lo puso de lateral izquierdo en el derbi ante el RCD Espanyol. Y lo bordó. Después ha ido pasando por el extremo, el pivote defensivo y en varios entrenamientos lo han probado de central por su buena salida de balón.

Si miramos al primer equipo, el equivalente es Sergi Roberto. Y no le ha ido nada mal esa polivalencia. Además, Solà goza de una pierna izquierda de lo mejor que hay en La Masia. Cuando juega en el centro del campo le encanta combinar con sus compañeros. No se complica. Control, pase. A eso se le debe sumar su gran capacidad para llegar desde atrás. En esta temporada ya lo ha demostrado en varias ocasiones y la pasada semana abrió el marcador ante el Cornellà tras salir del banquillo. Eso también lo tiene. Aparece cuando el equipo más lo necesita y sin hacer mucho ruido siempre colabora para que el resultado del grupo sea satisfactorio. Muy importante tener a jugadores así dentro de un vestuario.

Fuera del terreno de juego, Arnau siempre ha sido un chico tímido. Sin embargo hubo unos meses en los que maduró muy deprisa. Fue en su llegada al Infantil B del Barça. Eran tiempos nuevos para él. Conocer nuevos compañeros, alejarse de su familia y lo peor de todo: no le dejaban jugar a fútbol. A Arnau le tocó de lleno la sanción FIFA. Fichado en enero, tuvo que ver desde la grada todos los partidos hasta enero. Fue duro. Pero salió fortalecido y ahora tiene grandes retos por delante que quiere seguir afrontando como siempre lo ha hecho, con calma y seguridad.