Muchos regalos y Dembélé

Dembélé, en una jugada ante el Levante

Dembélé, en una jugada ante el Levante / JAVI FERRÁNDIZ

Carles Sans

Carles Sans

No sé si el culé se encuentra preparado para tantas emociones como las que nos está ofreciendo la magnífica marcha del equipo y las asombrosas maniobras de la junta directiva con “regalos de Reyes” tan deseados como Coutinho. No recuerdo haber visto llegar al Barça una estrella de este porte durante el mercado de invierno. Más bien al contrario. Habitualmente solíamos acudir a fichajes de invierno que no solían salir bien, un síntoma de mala planificación y de flaqueza de la directiva; a excepción de Davids, en enero de 2004, cuando el equipo de Rijkaard había efectuado una lastimosa primera vuelta. Después de su llegada se mejoró mucho y el equipo se clasificó segundo a final de temporada.

ero más allá de esta excepcionalidad, pocas veces un fichaje de enero ha resuelto nada. En el caso de Coutinho es distinto. No viene para enmendar nada, sino para mejorar lo que ya tenemos. Se trata de un jugador de garantía, que ha demostrado tener mucha calidad, y a pesar de su gran inconveniente, el precio, puede dar un resultado de futuro muy provechoso para el equipo. Así que ahora mismo, y si las cosas no cambian, el culé puede henchir el pecho y pavonearse de tener un equipo que va para campeón de Liga, con muchas opciones en la Copa del Rey y también en la Champions, con las complicaciones propias de todos los equipos que participan en esta fase. Pero queda algo gordo: un estadio que renovar que costará unos 628 millones de euros y que deberán de salir, en parte, de un patrocinador aún desconocido.

Un “regalo” considerable para un barcelonista que no ha disfrutado aún del primero de todos ellos que se llama Ousmane Dembélé. Una grave lesión ha hecho que el francés haya sido como un regalo a medio abrir, como aquel coche eléctrico que nos traían los Reyes Magos, a los que se les había olvidado incluir las pilas. Dembélé se ha quedado a las puertas de una entrada triunfal, como la que va a tener Philippe Coutinho. Una vez que tenga sus pilas correspondientes, deseo que sea el regalazo que algunos aseguran que es.