Mucha calma hasta el 1 de julio

Matthijs De Ligt deberá decidir su futuro en los próximos días

Matthijs De Ligt deberá decidir su futuro en los próximos días / AFP

Javier Rodríguez Marzo

Javier Rodríguez Marzo

Mientras el Madrid encadena presentaciones galácticas, el Barça parece encallado. Pero no es así. La maquinaria del club sigue trabajando pero no anunciará oficialmente ninguna operación que no sea una salida antes del uno de julio. Cerrado el balance económico de este curso, a ser posible sin pérdidas, esa es la gran fecha que marcará el desenlace de las múltiples partidas de póker que se están jugando en diferentes mesas de Europa...

A estas alturas, y fichado De Jong hace ya unos meses, lo que parece más claro, hoy por hoy, es que Antoine Griezmann será el próximo en caer. Gil Marín confirmó las pistas que el jugador dio en los últimos días y a principios de julio tendrá que hacer los primeros sacrificios: bajarse el sueldo y pedir perdón a la afición y a algunas vacas sagradas del vestuario del Camp Nou. Ya está mentalizado para esa actuación.

El Gran pulso

Tampoco antes de esa fecha del primero de julio parece que vaya a decidirse el futuro de De Ligt. Raiola es mucho Raiola y por muchos faroles que se marque, Bartomeu necesitará de una mano ganadora para superar las cartas del PSG.

El fichaje del holandés, como se ha repetido hasta la saciedad, es estratégico. Será el central de la próxima decáda, pero debe decidir si antepone el Barça al dinero como hizo su amigo Frenkie de Jong.

Si toma el camino  que llevó a Neymar junto a los jeques, tampoco habrá que rasgarse las vestiduras. Quizás sirva para que Bartomeu, Segura y Valverde focalicen los refuerzos en otras posiciones que sí necesitan una revolución. Me estoy refiriendo, concretamente, a los dos laterales. Ahí sí que hay que tomar medidas o la Champions volará otra vez.