Mourinho, la historia de un reloj parado

Mourinho se ha gastado 466 millones en fichajes, ganando solo 3 títulos

Mourinho se ha gastado 466 millones en fichajes, ganando solo 3 títulos / EFE

Jordi Costa

Jordi Costa

Ha llovido mucho desde que Mourinho fue apodado ‘The special one’ tras ganar dos Premierships con el Chelsea en sus dos primeras temporadas en Stamford Bridge. El portugués venía de hacer campeón de Europa al Porto y repitió éxito -un triplete memorable- en 2010 con el Inter. Pero, desde entonces, ha acumulado muchos más fracasos que éxitos, hasta el punto que sorprende que haya mantenido tanto tiempo su estatus de entrenador triunfador. Hasta ayer.

En casi una década, el portugués ha dirigido superpotencias como el Real Madrid, otra vez el Chelsea y ahora el United y, más que presenciar cómo se apagaba su estrella, hemos asistido a cómo se le paraba el reloj futbolístico. Ya no es sólo su desgastante gestión humana, sino últimamente también su incapacidad para lograr que sus equipos desprendan personalidad. Hasta el punto que el entrenador especial consideró una hazaña acabar la pasada Premier por detrás del histórico City que dirige su antigua némesis: Pep Guardiola. Pero este curso ha rozado el ridículo hasta que los dueños del United, viendo al equipo a 19 puntos del Liverpool antes de Navidad, han dicho basta. Ni siquiera la clasificación para los octavos de la Champions le ha valido, porque el portugués ha dilapidado una plantilla donde malviven estrellas como Pogba, Alexis Sánchez, Lukaku, Rashford o De Gea, otros varios futbolistas carísimos que se han ido apagando al pisar Old Trafford -Martial, por poner un ejemplo- e incluso dos centrocampistas españoles tan válidos como Ander Herrera y Mata. Lo peor que se puede decir del United actual no es que le hayan atropellado el City o el Liverpool, ni que se avenga a desplegar un fútbol reactivo, sino que ya no se sabe a ciencia cierta a qué juega, ni qué pretende. Llama significativamente la atención que las acciones del United en la Bolsa subieron al instante en cuanto se hizo oficial el cese de Mourinho.

Y a pesar de todo, hace semanas que suena con insistencia en el Bernabéu el rumor que Florentino Pérez podría volver a recurrir al portugués para mitigar la desorientación del Real Madrid. Sería una pésima idea. No es porque Solari lo esté haciendo bien, por las cuentas pendientes que tiene en el vestuario blanco, ni por la pereza que produce -a 600 kilómetros de distancia- la posibilidad de volver a tener cerca al personaje más tóxico y nocivo que ha pasado por el fútbol español; es porque un fichaje que no tiene ningún sentido delataría desesperación en la casa blanca.