'Motomami'

Xavi

Xavi / EFE

Rubén Uría

Rubén Uría

Un domingo, dos finales y dos victorias. La segunda se ganó en el verde, donde los de Xavi Hernández, que siguen lanzados, ganando y gustando, dieron buena cuenta de un Sevilla que dio la cara, para conquistar la segunda plaza. Cabe preguntarse dónde estaría el Barça de no haber tirado al contenedor de la basura varios meses, cuando algunos creyeron que el repetido “esto es lo que hay” era lo que realmente había. La clasificación, que es como la prueba del algodón del famoso anuncio, no engaña.

La mentira tiene las patas muy cortas: había más de lo que se decía. Para todo lo demás, Pedri. La primera final se ganó antes, por la mañana, en una asamblea de socios compromisarios donde la junta actual sacó adelante una votación clave para el futuro. El socio, que no tuvo toda la información necesaria por la famosa cláusula de confidencialidad impuesta por “Spotify”, hizo un acto de fe y sin conocer la letra pequeña - ni la grande-, de un trato que el presidente calificó como el mejor acuerdo comercial de la historia, votó a favor.

Lo hizo con abrumadora mayoría. A favor, 625. En contra, 49. En blanco, 27. Luz verde. Cuatro temporadas, a razón de 70 “kilos” anuales. Música celestial para esta junta. No suena como Rosalía, pero casi. Quizá ahora, con el nuevo nombre comercial del estadio, los que llevan décadas llamando ‘Nou Camp’ al Camp Nou, se den cuenta de que llevan toda la santa vida diciéndolo mal. O quizá no. Quizá sea mucho pedir. Ha sido un fin de semana de preguntas y respuestas. A Xavi le preguntaron por ‘La Xavineta’ y a Laporta, si el equipo podría llevar “Motomami” en la camiseta. El orden de los factores, en este caso de los chascarrillos, no alteró el producto: dos finales, dos victorias. En el campo y en la asamblea.

Próxima estación para Xavi y su guardia pretoriana: Frankfurt. Humildad. De la que sale del corazón, no de la impostada. No será un crucero de placer. El Eintracht es físico, potente y galopa a la contra. No es el Milán de Sacchi, pero es una roca. Pregunten al Betis. Próxima estación para la junta: tras el balón de oxígeno de “Goldman Sachs” y ratificado el acuerdo con “Spotify”, la hoja de ruta pasa por un “hat-trick” en los despachos: firmar el acuerdo con ‘CVC’ (250 millones, un 15% para fichar), encontrar comprador para el 49% de 'Barça Studios' (otros 100 “kilos” a la saca) y activar la venta de 'BLM' para conseguir más líquido. No será fácil, pero si el club es capaz de lograrlo, abandonaría la unidad de cuidados intensivos en la que sigue ingresado por obra y gracia de Bartomeu y aquel modelo que debía estudiarse en Harvard.

Menos gastos y más ingresos. Eso sí que sería música celestial para el Barça. Puro “Motomami”.