Morir de éxito

El Barça ganó a la Real en el Camp Nou (2-1)

El Barça ganó a la Real en el Camp Nou (2-1) / EFE

Bojan Krkic

Bojan Krkic

Hace 15 años el Barça era un club con mucha ambición, pero incapaz de compararse a equipos históricos europeos. Quizás ahora, con tantos títulos en el zurrón, nos suene raro recordarlo, pero así era. De hecho, hasta la Champions de 2006, tan solo teníamos una orejona en nuestras vitrinas lo que nos dejaba a años luz de clubes como el Milan, que ya cosechaba un número considerable de ellas.

El gran FC Barcelona se construyó en apenas una década y media. Y, si me apuras, realmente se gestó en tan solo 5 años. La mezcla de buenos fichajes y la formación que recibieron los canteranos que llegaron al primer equipo nos hizo nadar en éxitos, halagos y copas. Todo eso se logró de manera muy rápida, tanto es así que ni siquiera teníamos todavía una ciudad deportiva de primer nivel. Tampoco en aspectos relacionados con la imagen de marca habíamos comenzado a explotar y, a nivel de instalaciones, no éramos una referencia aún. Sin embargo, en muy poco tiempo, pasamos de mirar con inseguridad a equipos que reinaban en el viejo continente a arrollarles sin piedad en el campo.

Ahora, con la perspectiva de los años y a tenor de la crisis de resultados que estamos viviendo actualmente yo me pregunto, ¿estaba verdaderamente preparado el club para semejante borrachera de logros? Suena duro, pero empiezo a tener mis dudas ya que me doy cuenta de que fue un cambio muy brusco. Empezamos a ganar sin medida, pero nos olvidamos de algo tan importante como es sentar las bases y dar valor a la entidad. A nivel institucional el club fue permisivo, no había autoridad, ni reglas. Eso no pasaba en equipos como el United o el Bayern donde siempre quedaba claro quién mandaba y qué cosas se podían hacer o no. Tampoco en esos equipos se cedía nunca el poder a gente externa al club. Algo que en Can Barça se ha hecho con demasiada facilidad.

Bajo mi punto de vista el club no ha sabido estar arriba, no ha encontrado la forma de darle valor a lo que había hecho, de mantenerse. El modelo funcionaba, pero no era perfecto. Había cosas a mejorar, pero los éxitos hicieron que la entidad se dejara llevar por la inercia de los buenos resultados. Como se ganaba se obviaba lo potencialmente corregible y ahora estamos pagando las consecuencias.

Todo ello nos ha ido destruyendo y nos encontramos con un Barça que ha muerto de éxito. Conseguimos lo más difícil, pero igual que lo logramos rápidamente lo hemos perdido a una gran velocidad. Faltó esa visión a largo plazo. El club se ensució y debe volver a encontrar su modelo. De ahí que las elecciones del próximo mes cobren una relevancia especial, pues en manos del vencedor estará la oportunidad (o no) de edificar otra vez un admirado FC Barcelona.

Mejórate pronto, Andrés

La lesión de Andrés Iniesta ya que nos privará de disfrutar de él durante los cuatro meses que estará recuperándose. Afortunadamente la operación ha sido un éxito y según su propio comunicado se encuentra muy bien, algo de lo que me alegro. Las lesiones forman parte de nuestra profesión, pero no es agradable que le pase a alguien a quien admiras tanto en lo personal y en lo deportivo. Estoy convencido de que él sabrá ver el lado positivo de todo esto y que pondrá todo de su parte para regresar al verde cuanto antes.

Desde aquí le deseo una pronta recuperación para que vuelva a hacer eso que más le gusta y que, además, tan bien se le da.