El 'modus operandi' de la vergüenza

Laporta, en un ejercicio de responsabilidad y transparencia, ha puesto en manos de la Fiscalía las supuestas conductas irregulares de la anterior directiva. Bartomeu y sus colaboradores cometieron, presuntamente, hasta cuatro graves delitos: administración desleal, apropiación indebida, falsedad documental y falsedad contable. Actuaciones, todas ellas, que provocaron un perjuicio económico de más de 30 millones de euros al Barça. Estas son las dolorosas conclusiones que se desprenden del estudio ‘forensic’, elaborado por la agencia Kroll, que el presidente blaugrana presentó ayer (junto al vicepresidente Eduard Romeu y el abogado Jaume Campaner) con el fin de que sea la justicia quien depure las responsabilidades. Y con el objetivo de “cerrar una etapa oscura de nuestra historia”.

Laporta denunció un ‘modus operandi’ recurrente y vergonzoso que evitaba los controles internos y estatutarios de determinadas operaciones claramente irregulares. Y puso ejemplos de pagos sin causa, pagos con causa falsa y pagos desproporcionados: comisiones de 10 millones a un intermediario (’caso Malcom’), pagos irregulares de 15 millones a otro club (’caso Griezmann’), minutas desproporcionadas a un despacho de abogados, permutas de jugadores para alterar la contabilidad (’caso Cillessen’) o pagos de 1,5 millones para “comprar silencios” (’caso Laietà’)... Por no hablar del ‘Barçagate’. Un auténtico escándalo que viene a certificar lo que ya hace meses que se anunciaba: la irresponsable gestión llevada a cabo durante años. 

Laporta fue muy duro con su predecesor. Sin nombrarlo. Porque insistió en que la denuncia no se dirige contra personas concretas. Lo que busca el presidente es demostrar si hubo o no eventuales distracciones, abusos y enriquecimientos ilícitos (lo que vulgarmente se conoce como meter la mano en la caja). Se trata de no esconder las miserias debajo de la alfombra (como tantas veces se ha hecho) y que los socios sepan la verdad. El patrimonio del Barça se ha visto terriblemente afectado por la gestión de Bartomeu y su junta directiva. Dejaron el club al borde de la bancarrota. Con una deuda de 1.350 millones de euros. Un déficit la pasada temporada de 481 millones. Y una masa salarial inasumible, superior en un 40 por ciento a la de los principales equipos europeos. El problema es que lo que en un principio parecía ser ‘solo’ insensatez o imprudencia puede acabar siendo una actuación delictiva. Y eso sí que hay que investigarlo. Hasta el final…