La Moción acaba en la Guardia Civil y deja a Bartomeu contra las cuerdas

Los promotores de la moción de censura presentaron 20.687 firmas

Los promotores de la moción de censura presentaron 20.687 firmas / sport

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

E l Barça a nivel institucional ha entrado en una dinámica perversa que no conduce a nada bueno. Todo se complica, todo se judicializa, todo se enreda. Es el fin de un ciclo que merecería acabar de mejor manera ya que está en juego el prestigio la imagen del club. No puede ser que una moción de censura en la que han participado 20.687 socios y en la que se han validado 19.380 firmas acabe en la Guardia Civil. Es triste y lamentable que el proceso aprobado por la mesa este pendiente de una hipotética decisión de un juez. A día de hoy nadie sabe qué día habrá referéndum. La Junta de Bartomeu camina peligrosamente por el alambre sin valorar del riesgo que corre.

La moción de censura lleva camino de terminar en una guerra sucia. El Barça acepta de mala gana el recuento final y presenta una denuncia en la comisaria de la Guardia Civil poniendo en duda la validez de las firmas escrutadas por la mesa. Y lo que todavía es mas rocambolesco, el día siguiente el jefe de la asesoría jurídica del club, Gómez Ponti, levanta sospechas e indicios de delito en muchas de las firmas presentadas. Penoso papel del abogado del Barça que en vez de presentar pruebas, dispara sin munición contra la Generalidad por una cuestión de procedimiento y contra los promotores de la moción. Ve fantasmas donde no los hay y relaciona las firmas de la moción con un caso de falsificación de entradas ocurrido hace dos años. Mezcla churras con meninas. 

Con este comportamiento fuera de lugar, Gómez Ponti da crédito a las especulaciones que dicen que el Barça esta intentando suspender la moción de censura como sea. ¿Por qué? Nadie lo entiende aunque debe haber razones ocultas poderosas para maniobrar de forma tan sospechosa. Primero filtraron desde el club que habría 5.000 papeletas falsas. Despues dijeron que había 300 firmas sospechosas. Al final, todo ha quedado en una denuncia de cinco firmas. Esta estrategia suicida hace un flaco favor a Bartomeu que cada día que pasa está más contra las cuerdas como responsable máximo de la institución. No en vano, la misma semana que presentan una deuda escandaloso, que piden al comité de empresa que se bajen los salarios y que no consiguen ninguno de los fichajes que pidió Koeman, se agarran a sospechas sin pruebas alargando la agonía en vano. 

En un fin de semana que no hay Liga, el equipo directivo de Bartomeu disputa el partido de la jornada contra la moción de censura. Con Gómez Ponti marcándose un gol en propia portería. Después de que la Generalitat haya dicho por carta que se podrá realizar la votación con las medidas sanitarias que decida el Procicat, solo un juez puede paralizar el referéndum aunque pocos piensan que se llegue tan lejos. Mientras tanto, en las redes sociales el Barça pierde la batalla de la opinión pública por goleada y esto lo acabarán pagando ya que los socios no entienden y están en desacuerdo con esta nueva polémica. Tal como evolucionan los acontecimientos, si en la Junta Directiva de la próxima semana Bartomeu decide no dimitir y prefiere llegar hasta el final sometiendose al veredicto de las urnas, el voto de censura contra su gestión será importante.