Teatro del bueno

El míster no lo lee

Ernesto Valverde

Ernesto Valverde / FC BARCELONA

Carles Sans

Carles Sans

En estos días de inter Liga, la prensa y las tertulias de los medios se las ven y se las desean para poder tocar temas que enganchen a los aficionados, algo complicado porque ya sabemos que las cuestiones de la selección, al menos por aquí, no tienen mucha tirada. Así que se ha hablado de las hipotéticas altas y bajas que el Barça puede tener en diciembre, del partido del Wanda Metropolitano  donde algunos dicen que el equipo se juega la Liga, casi nada, de si Neymar prepara las maletas para volver, y de un sinfín de macutazos que vaya usted a saber hasta que punto se van a cumplir. En varias tertulias se ha hablado mucho de la alineación que presentará Valverde, especialmente en el centro del campo.

La decisión, naturalmente, la tiene él; pero la mayoría de tertulianos juegan a si yo fuera él, refiriéndome al técnico. Algunos lo decían casi como si el Txingurri les estuviera escuchando. Me lo paso bien y me sonrío cuando, oyendo lo que se dice sobre si Valverde, sintiendo la presión y empujado por el aliento del entorno culé, va a poner a tal o cual jugador. Qué decepción van a tener algunos cuando sepan que, desde el primer día que pisó suelo culé, el entrenador tiene por costumbre no leer ni escuchar a ningún medio, haya ganado o perdido, y tiene prohibido a sus colaboradores que le revelen nada de lo que se dice en la prensa de él o del equipo en general. Este artículo que estoy escribiendo tiene un 99% de posibilidades de que no lo lea, así como todos los que se escriben en relación a su trabajo.

Se trata simple y llanamente de un inteligente método de protección de mucho mérito porque ya me dirán si no es tentador saber lo que se dice de uno, sea bueno o malo. Valverde lo lleva con disciplina, y así, se lo aseguro, está mucho más tranquilo, dentro de lo tranquilo que se puede estar siendo entrenador de F.C. Barcelona. Ójala yo lo hubiera sabido hacer, aunque con pocas, con alguna que otra crítica teatral que a lo largo de los años nos ha puesto a parir. Me hubiera evitado lo que se evita hoy en día Valverde: ansiedad y cabreo.