Un tipo auténtico que ilusiona al Palau

Tenía pendiente una conversación sosegada con Nico Mirotic para comenzar a comprender lo que se esconde detrás de ese rostro en el que se mantiene una sonrisa inmutable desde que aterrizó en el Barça. Y lo cierto es que descubrí un tipo auténtico, con las ideas muy claras.

Ya me lo había comentado un buen amigo suyo: Ante Tomic. “Como persona ha evolucionado mucho desde que coincidimos en el Madrid”. Mirotic sabía que, cuando en verano decidió dar el paso de dejar la NBA para volver a Europa y recalar en el Barça se iba a provocar un ‘tsunami’ en toda la regla.

Primero por el golpe de efecto que ello significaba y segundo porque pasaba a convertirse en el ‘enemigo número uno’ del madridismo. Pero él dio el paso porque tiene muy claro cuáles son las prioridades en su carrera y en su vida a día de hoy: disfrutar del basket y de la familia. Y eso es lo que le hace sentirse feliz a día de hoy. Toda una declaración de principios.

El basket azulgrana estaba inmerso en una travesía por el desierto. Demasiadas decepciones hasta que la llegada de Pesic al banquillo fue como una descarga de adrenalina para una afición alicaída y que había ‘desertado’ de la vetusta instalación.

Este verano, en los despachos del club decidieron dar un nuevo golpe de timón fichando a jugadores contrastados con Mirotic como joya de la corona. Y el ‘soci’ ha vuelto a llenar las gradas del Palau porque valora el talento del colectivo reunido y se permite soñar con que los títulos no sean una excepción y sí algo normal tras años de ‘tiranía’ del Madrid. Por eso Mirotic y el resto han conectado también con ellos. La ilusión es algo que no tiene precio.