Mira que eres linda

Messi jugará su partido 700 con la camiseta del Barça

Messi jugará su partido 700 con la camiseta del Barça / AFP

Carme Barceló

Carme Barceló

Antonio Machín no pensaba en una copa cuando escribió una de sus canciones más aplaudidas. Ni en un jugador de fútbol al que ya pocos llaman por su apellido y sí fusionan en el nombre de Dios y con el número 10. Me vino la canción a la mente el día que Messi habló en el Camp Nou como capitán y deseó traer a casa “esa copa tan linda” que es la Champions. A fe que el hombre se puso en ello, regalándonos el martes una actuación, otra más, digna del mejor jugador del mundo.

Leo se llevó de nuevo el balón a casa, el premio por un nuevo hat trick que incluye un golazo de falta que dio la vuelta al globo terráqueo, una maravilla de la técnica, un balón que parecía flotar desde que arrancó de su pie.

“Mira que eres linda, que preciosa eres. Estando a tu lado verdad que me siento más cerca de Dios”. Quién le iba a decir a Antonio Machín que iba a inspirar un artículo de temática futbolística. Paradojas de la vida, las mismas que cruzan los premios que otorgan a los teóricamente mejores y que desde que Messi decidió nacer, crecer y reinventarse en, por y para el fútbol, poco sentido tienen. No hay cosa más linda que ver a este fenómeno evolucionar cada año que pasa, reencontrarse en el terreno de juego, ir un paso más allá y divertirse y ‘picarse’ consigo mismo para seguir sumando.

Como esa chica de Ipanema, tan linda y tan llena de gracia, que viene y que pasa con su balanceo. Otra canción que nos lleva a este chico de Rosario para el que se han acabado los calificativos y para el que ya solo nos queda la música, seguir lavando los baberos y vivir el presente. Porque si nos ponemos a pensar en ‘el día después de Messi’ no habrá Champions ni copa bonita que compense su ausencia. Reto tremendo para quien tenga que gestionar desde dentro semejante baja, alivio y nuevos retos para el enemigo y terapia para el resto. Viéndole ayer, se prevé un largo presente y hambre para parar un tren. Leo no lee entre líneas. Quiere la copa más linda y punto.