90 minutos de igualdad

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Sport.es

Hemos llegado a un punto en el mundo del fútbol en el que el deporte es lo de menos. Por no hablar de los valores que promulga. Como no dan dinero, no interesan. No les escribe la abanderada de la penúltima cruzada romántica, no.

La que les expresa su sentir y comparte sus opiniones y análisis desde esta columna es una mujer a la que le sabe a cuerno quemado que la Federación de un país que respeta los derechos humanos y lucha por ellos, decida que se dispute la Supercopa de España en Arabia Saudí, donde no saben ni lo que son.

No hace ni medio año que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, condenó de forma unánime al reino árabe. 36 países, todos los que lo conforman. La declaración, que no tiene desperdicio por su dureza y contundencia, denuncia "los continuos arrestos y detenciones arbitrarias de defensores de los derechos humanos en el reino de Arabia Saudí, incluyendo las activistas de los derechos de la mujer.

Estamos particularmente preocupados por el uso de la ley antiterrorista y de otras cláusulas de seguridad nacional contra individuos que están ejercitando pacíficamente sus derechos y libertades”. 

Solo por dinero

Pues en este país se va a disputar la Supercopa. Por dinero, única y exclusivamente. Que no os embauquen, que diría aquel. Y menos que nos quieran vender que la FEF va a conseguir que las mujeres de ese país, durante 90 minutos, van a poder equipararse a los hombres. Una igualdad con fecha de caducidad. Una hora y media para mostrar al mundo de lo que son capaces unos y otros. 

Nunca hubiera imaginado que por un contrato de tres años y 120 millones de euros iba a ver disputar una Supercopa en un lugar donde las mujeres van acompañadas de ‘guardianes’ (los varones de la familia que las vigilan) y sólo trabajan un 13% porque su deber es cuidar del hogar. Hace un año que las dejan conducir pero hace ocho las castigaban con diez latigazos si lo hacían.

Eso sí, en enero de 2020 podrán ir a ver un par de partidos vestidas como quieran gracias al fútbol español. Del minuto 91 nadie hablará.