Ni un minuto más

Jürgen Klopp, muy feliz, le ganó claramente la partida a Ernesto Valverde

Jürgen Klopp, muy feliz, le ganó claramente la partida a Ernesto Valverde / VALENTÍ ENRICH

Francesc de Haro

Francesc de Haro

No es el único culpable pero sí el más responsable. Ernesto Valverde demostró en Anfield que el Barcelona le viene grande. Tan grande que por dos años consecutivos es eliminado de la Liga de Campeones de forma ridícula. En Roma y en Liverpool. Sin paliativos y sin que él acertara ni en el once de salida ni en rectificar a medida que pasaban los minutos. Valverde no aprendió de la derrota de hace un año y si aprendió no lo aplicó.

En el Camp Nou, el marcador (3-0) tapó la superioridad del equipo inglés. Y esto que para un aficionado puede pasar por alto, para el entrenador del Barcelona, no. Pero Valverde no supo leer lo que pasó en el estadio barcelonista. No corrigió nada y salió con el mismo once. Y eso es imperdonable.

Pero no podemos olvidar que Valverde ha enterrado el fútbol control, ha enterrado aquella norma no escrita de Cruyff que decía que la mejor defensa es tener el balón. En Liverpool quiso jugar a lo que juega el once Klopp y, simplemente, fue aplastado. Cuando solo se tienen en cuenta los resultados y no se obtienen el camino a seguir está claro.