El 'milagro' de Laporta y los fichajes

Joan Laporta se ha propuesto cerrar otro círculo virtuoso en su segundo mandato en el FC Barcelona

Joan Laporta se ha propuesto cerrar otro círculo virtuoso en su segundo mandato en el FC Barcelona / EFE

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Laporta ha cumplido su palabra. Con un año de retraso por culpa de la terrorífica herencia recibida. Pero ha conseguido su propósito: recuperar la ilusión de los culés. El presidente siempre ha tenido claro que la resurrección del Barça pasaba por tener un equipo competitivo. Y su objetivo durante este verano no está siendo otro que conseguir los fichajes que necesita Xavi para construir un conjunto campeón. A pesar de la compleja situación financiera, han llegado ya Lewandowski, Raphinha, Kounde, Christensen y Kessié. Además, se ha renovado a Dembélé (protagonista de un espectacular doblete la pasada madrugada ante la Juventus). Y se sigue negociando por Azpilicueta y Marcos Alonso. Incluso no descartaría un último intento por Bernardo Silva (en función de lo que suceda finalmente con Frenkie De Jong). Sin duda, unos refuerzos extraordinarios que suben muchísimo el nivel de la plantilla y que permiten al entrenador tener recursos más que suficientes para luchar por todos los títulos.

Igual que hizo en 2003, Laporta quiere que el círculo virtuoso empiece a girar de forma inmediata. Para que el Barça vuelva a ser el mejor club del mundo. Queda mucho camino por recorrer. Por supuesto. De entrada, todavía no se ha podido inscribir a ninguno de los nuevos jugadores blaugranas (de hecho, ni siquiera al también ‘renovado’ Sergi Roberto) porque sigue existiendo el problema del ‘fair play’, que debe resolverse en las próximas semanas con la activación de una tercera palanca y la ‘operación salida’ de un vestuario que ahora está superpoblado. Pero se ha hecho lo más difícil: convencer a grandes estrellas del fútbol mundial, que tenían incluso mejores ofertas económicas, de que el Barça es un equipo poderoso. Y, en este aspecto, el papel de Xavi ha sido decisivo. 

Quedan poco más de dos semanas para que se inicie la temporada con el debut oficial en la Liga ante el Rayo y las sensaciones son muy buenas. Aunque hay que ser prudentes. El propio Xavi se encargó de rebajar la euforia tras el empate ante la Juventus: “Vamos por el buen camino, pero hay que ser humildes y trabajar fuerte como lo estamos haciendo”. El técnico pidió “equilibrio emocional”. Difícil para una afición ansiosa de alegrías. La moderación es complicada cuando llevas tantos años sufriendo decepción tras decepción. Ahora se ve la luz al final del túnel. Y todos tienen prisa. Pero no hay que correr. Aunque la tentación sea enorme. Porque la ilusión es gigantesca.