Opinión

El 'milagro alemán' puede provocar un adelanto electoral con Laporta sin rival

Joan Laporta: “Tendremos el mejor estadio del mundo, será el orgullo de todos los culés. Han surgido imponderables, pero en breve volveremos al Nuevo Spotify Camp Nou”

Joan Laporta en la convención del Barça Mobile /

El pasado domingo, antes de la debacle madridista en Londres (3-0) y de la espectacular goleada barcelonista en Montjuïc (4-0), titulamos esta contra con unas palabras premonitorias: El Barça inspira confianza, el Madrid despierta dudas. Los resultados de la Champions pusieron a cada uno en su lugar. Uno está al borde de la eliminación, el otro con pie y medio en semifinales.

Barça y Madrid son la antítesis del fútbol actual, un equipo que da espectáculo y enamora frente a un once descompensado que vive del pasado. Hay un dato revelador que pone en la picota a los todavía campeones de Europa: ante el Arsenal corrieron 16 kilómetros menos que los blaugrana frente al Borussia. La condición física impone su ley.

Los ingleses desnudaron a un equipo que hace aguas en defensa, no tiene centro del campo y en la delantera hay una lucha de egos entre los cracks. Por el contrario, los de Flick dieron un baño al subcampeón de la Champions confirmando su condición de equipo más goleador con una clara proyección al alza.

Es la diferencia entre una plantilla joven con hambre de títulos y un equipo sin rumbo que camina hacia el precipicio. No fue cuestión de un mal día, los de Ancelotti llevan una temporada decepcionante y lo sorprendente es que todavía estén vivos en tres competiciones. 

Florentino está callado, escondido, meditando decisiones drásticas de cara al futuro. Ancelotti sueña con la remontada, con más esperanza que fe, consciente de que su fin de etapa en el Bernabéu será irreversible ni no levanta ninguna copa.

En contrapartida, Laporta es la viva imagen de la felicidad ya que con Flick ha encontrado la piedra filosofal que aguanta su proyecto mas allá de los problemas financieros o del retraso de las obras del Camp Nou.

Ya pueden dar por hecha la renovación del autor del “milagro alemán”, el mérito de Hansi es haber hecho un gran equipo con lo que había en casa. Con su experiencia y trabajo ha puesto en valor el equipo y ha revalorizado los jugadores. Lamine es mejor que Vinicius, Lewandowski supera en goles a Mbappé, Pedri eclipsa a Bellingham y Raphinha vale tres veces más que Rodrygo.

Un equipo ganador y un nuevo estadio son cartas ganadoras de cara al socio

Si convoca, podría no tener rival

Si se confirma un final de temporada triunfal para el Barça, no descarten la posibilidad de que Laporta adelante las elecciones para asegurarse un nuevo mandato en el que pueda cumplir su programa, finalizar el Camp Nou, recuperar la línea de ingresos y con ello superar las dificultades financieras para lograr la deseada sostenibilidad económica.

En tal caso, es más que probable que el actual presidente no tuviera rival. Nadie, ni el candidato Font, estaría dispuesto a competir en las urnas cuando las posibilidades de superar a un presidente campeón son escasas por no decir nulas.

No adelantemos acontecimientos, pero un equipo ganador y un estadio nuevo son cartas ganadoras de cara al socio si Laporta decide dar el paso con el viento a favor.