Michael Jordan, Leo Messi, Rafa Nadal

Nadal celebrando su épico título en Nueva York

Nadal celebrando su épico título en Nueva York / AFP.

Ernest Folch

Ernest Folch

A cada nueva gesta, la figura de Rafa Nadal sube otro peldaño hacia el cielo y se aleja un poco más del resto de mortales. Su estratosférica victoria sobre Medvedev sería con cualquier otro deportista un hito que pasaría a su propia historia y a la del país que representa, y sin embargo con Rafa Nadal no deja de ser otro episodio glorioso, sí, pero simplemente uno más dentro de una trayectoria espectacularmente larga. Porque lo colosal es que su exhibición en Nueva York, al límite de lo humanamente explicable, haya sido con 33 años, decenas de títulos, centenares de partidos y 15 años seguidos a sus espaldas en la élite del tenis.

La del domingo fue una final especialmente complicada, porque le obligó a un sobreesfuerzo mental y físico angustiante, en el que una vez más tuvo que mantenerse de pie varias veces cuando caminaba con un solo pie por el precipicio de un partido infernal. Llegados a este punto, Rafa Nadal plantea un problema léxico, porque él solo ha sido capaz de agotar todos los adjetivos y expresiones posibles y ha conseguido al fin y al cabo ridiculizar el propio lenguaje periodístico, al que también ha dejado pequeño con sus gestas. Y cuando el lenguaje se agota es que sin duda hemos entrado en la dimensión de los deportistas privilegiados que en los últimos años de su vida ya no luchan contra una competición concreta sino simplemente contra la historia.

Hasta ahora en este club de privilegiados se ha admitido a muy poca gente. Seguro, a Michael Jordan. Seguro, a Leo Messi. Es posible que también a Roger Federer, aunque si en el futuro hay sitio solamente para un tenista, el suizo va a tener problemas para poder mantener su plaza. El caso es que con el fenómeno Nadal el ámbito de discusión dejará en breve de ser el propio tenis, y pasará a ser el deporte en general. Se cuentan con los dedos de una mano los deportistas que han sido capaces de ser leyendas mucho antes de retirarse.