La metamorfosis incompleta del Atlético

Luis Suárez con la camiseta del Atlético

Luis Suárez con la camiseta del Atlético / EFE

Pichi Alonso

Pichi Alonso

CAMBIOS El Atlético de Madrid de la presente temporada ha experimentado profundas variaciones respecto al equipo de otras campañas, aunque la metamorfosis planteada por Diego Pablo Simeone no se ha completado al cien por cien. El equipo rojiblanco de ahora es un equipo más ofensivo, con más recursos en vanguardia, pero también menos sólido en defensa. El Atlético ha dado un paso adelante para ir en busca de los partidos, algo que le reclamaba mucha gente. Y esa es la sensación: ahora toma más riesgos atrás y los partidos han dejado de ser una batalla táctica y de desgaste. Este cambio ha llevado al equipo a mejorar sus registros ofensivos, pero también le ha restado esa intensidad y agresividad propias y características de los equipos del estratega argentino.

Una prueba de este cambio la ha representado la posición de Koke, como mediocentro en la mayoría de partidos cuando el capitán, hasta entonces, solía jugar más en banda. Esta metamorfosis de la que hablamos, de todas formas, ha dado momentos de gloria al Atlético, como la gran primera vuelta de la Liga, en la que se acercó a los 50 puntos (48) y sumó 15 victorias en 19 partidos. Sin embargo, en la segunda parte del campeonato, el equipo, aunque se ha ido manteniendo en la zona alta, y como líder, ha ido perdiendo gas y viniéndose abajo. De ahí que, por ejemplo, respecto al Barça, haya llegado a dilapidar hasta una ventaja de 12 puntos desde principios de diciembre de 2020. 

NOMBRES PROPIOS La sensación es que no estamos, defensivamente hablando, ante el Atlético del Simeone de antes. El equipo ha perdido consistencia en la retaguardia, aunque es verdad que ahora dispone de mayores recursos ofensivos por jugar con futbolistas de mayor talento creativo, caso de Llorente, Carrasco, Correa, Lemar o Luis Suárez. Seguramente el propio técnico va contra su planteamiento ideal, pero con pupilos de esta categoría se ha visto ‘obligado’ a dar el paso adelante del que hablábamos antes.

Mención aparte merece el portugués Joao Félix, que en el inicio de la temporada pareceía que iba a ser un jugador clave. Sin embargo, tras unos primeros partidos en los que fue fijo, poco a poco ha ido perdiendo protagonismo para que lo fuera ganando Llorente, que se ha consolidado como la pareja ideal para Luis Suárez, ya sea jugando junto a él o en una posición algo más retrasada y por detrás del uruguayo. 

El cambio del conjunto colchonero también ha afectado en las jugadas a balón parado. El Atlético de pasada temporadas era temible en las faltas y saques de esquina con jugadores como Godín. Ahora, salvo el gol de Savic en San Mamés, rematando de espaldas a la portería, pocos goles ha convertido el equipo madrileño en jugadas de estrategia. Esta potente y eficaz arma ofensiva del Atlético ha caído en picado esta temporada. Pese a esta pérdida de consistencia defensiva, el Atlético ha sabido mantener la regularidad que acostumbraba a tener en el capítulo de goles encajados. Y es que cuenta con uno de los mejores guardametas del mundo: Oblak, a la altura del azulgrana Ter Stegen y el madridista Courtois. Oblak ha encajado 22 goles a falta de cuatro partidos, como en cursos anteriores, que finalizó con 27, 29, 22 y 27 tantos recibidos.