Messi & CR7: no hay más, lo siento

Leo Messi no encajaría en el City según Scott

Leo Messi no encajaría en el City según Scott / JAVI FERRÁNDIZ

E. Pérez de Rozas

E. Pérez de Rozas

Cuentan en Argentina, concretamente en el prestigioso diario ‘La Nación’, que desde que Leo Messi se proclamó campeón del mundo, sí, sí, campeón del mundo (Sub-20), con la albiceleste, en el 2005, en Holanda, el mundo del deporte (y el otro, el mundo global) empezó a fijarse en él, en su fútbol, en su imagen y hasta en su nombre por saber si, utilizándolo, conseguían su suerte, heredaban sus habilidades y lograban, al fin y al cabo, sus éxitos.

Cuenta que, como ocurrió y ocurrirá con otras muchas celebridades del mundo de todas las artes (y no tan artes), los hubo que empezaron a utilizar su nombre para muchas cosas y, muy especialmente, para nominar (incluso con su apellido, no solo con el cortito y llamativo Leo) a sus mascotas y demás peluches de compañía. 

Es más, explican en Argentina y eso me ha llamado poderosamente la atención, que, desde aquella celebrada fecha, han aparecido 16 caballos de carreras que fueron bautizados con el nombre de Messi. Insisto, sin duda, no por considerarlo veloz (el otro día Marc Márquez fue a visitar en una perrera a un perro al que llaman ’Márquez’ porque es el más veloz de la localidad y su entorno) sino para conseguir que herede sus piernas, o su manera de golear, de triunfar.

Cuentan en Argentina que ninguno de ellos ha conseguido sacar la cabeza más allá de ganar alguna que otra carrerita pero, desde luego, nada absolutamente importante, ni mucho menos. El primero, explican, surgió en Panamá, ya ven, el lugar menos futbolero, digo, del mundo. El segundo ‘Messi’ fue turco. El tercero, peruano.

Y así llegamos al más curioso de los corceles que no es otro que el ‘Messi’ nacido en Perú, en el 2015, que fue quinto en tres de las cuatro carreras que corrió y que tiene la particularidad de ser hijo de ‘Messina’ (es decir, puede que, simplemente, su nombre sea el diminutivo de su madre, puede) pero que tiene, dicen, la grandeza, de que su padre es ‘Cristiano’, tal cual.

Les cuento todo esto, perdón, porque esos dos nombres, esos dos ‘monstruos’ deportivos, atletas, futboleros, prodigiosos, cada uno a su manera, con el balón en los pies, fuera y dentro del campo, mantiene, ya ven, ya saben, intacta su consideración de, éstos sí, ‘seres superiores’ absolutos.

En este verano vergonzoso (a mi entender), donde las autoridades del fútbol continúan cometiendo errores tan lamentables como mantener abierto el mercado hasta dos o tres jornadas después de iniciar el campeonato, lo que permite que se hable de todo (mucho y mal, interesadamente) menos de fútbol, la estrella del Barça, que no juega porque está lesionado, incluso después de sus vacaciones playeras, y el crack de la Juventus continúan manteniendo intacto su enorme prestigio.

Nadie se acerca a Messi y Ronaldo

No hay futbolista, lo siento, que se les acerque. No, no, ni siquiera el renombrado Mbappé, que continúa sin lograr los éxitos necesarios con el desprestigiado PSG, ni mucho menos Hazard, al que se le espera en el Bernabéu como a Griezmann en el Camp Nou, ni, por mejor que juegue y organice, el sensacional De Bruyne, que es una maravilla con botas, como lo es (se lo dije el otro día ¿lo recuerdan, verdad?) ese niño portugués llamado Joao Félix.

Tardarán años, me temo, para que a un corcel que se le quiera inspirado y ganador le pongan el nombre de Mbappé o Joao Félix ¿verdad?, mientras Messi corre, de nuevo, al rescate del Barça (siempre él, siempre él, siempre él) y CR7 continúa admirando el inmenso cráter que dejó su salida en el mismísimo centro de Madrid, es decir, en plena Castellana, es decir, en el kilómetro cero del mundo. Un cráter al que, ahora, 

Florentino Pérez (no será verdad ¿en serio?) quiere rellenar, solo un año después, es decir, 365 días después del gran desastre, del enorme ridículo, con un futbolista que dicen es buenísimo, que dicen se portará (a partir de que vista de blanco o vuelva a ser blaugrana) como la Madre Teresa de Calcuta, que volverá a hacer ‘bicicletas’, quiebros, carreras, golazos, ganar Ligas y Champions y que ya nunca jamás, jamás, volverá a escaparse a las fiestas de cumpleaños de su hermana y, lo jura, piensa disolver los ‘Toiss’.

¡Ah!, perdón, me olvidaba, ese proyecto de jugador que pretenden comprar Real Madrid y Barça (o Barça y Real Madrid, que tanto me da; no, no, que se lo lleven ellos), solo cuesta 200 millones contantes y sonantes o, bueno, si lo prefieren, más baratito aún: 110 millones más Bale, James y Navas. Nada, una auténtica ganga.