Messi, Ter Stegen, Barça. En ese orden

Golpe de autoridad del Barça en Madrid

Messi firmó el gol de la victoria del Barça en el Wanda

Messi firmó el gol de la victoria del Barça en el Wanda / AFP

Rubén Uría

Rubén Uría

Messi, Ter Stegen, Barça. Golpe de autoridad del Barça en Madrid. Y una vez más, el equipo de Valverde sobrevivió gracias a la fórmula que se ha convertido en el respirador artificial azulgrana: Ter Stegen haciendo milagros y Messi destilando calidad suprema en cada contacto con la pelota. Nada nuevo bajo el sol. El resto no da para más. Griezmann (pitado) y Junior (fallón) restaron más que sumaron. El Atleti mereció más, pero en este deporte los goles no se merecen, se hacen. Y el Atleti, que lo tuvo en la mano en varias fases del partido, lo dejó escapar. Simeone tiene un equipo ordenado, solidario y corajudo, pero no tiene contundencia. Y sin pegada, Messi te condena. Saúl fue lapidario: “Merecimos más, pero apareció el mejor”. Circulen. Messi, Ter Stegen y liderato. En ese orden.

Recital Odegaard. El niño prodigio que tuvo que salir cedido del Madrid y la está rompiendo en la Real, suma y sigue. Va de exhibición en exhibición, lidera a su equipo, maravilla por su fútbol y ya es, por derecho propio, ídolo en Donosti. El chico tiene regate, clase, pausa, elegancia, puntería y último pase. Martin Odegaard ha caído de pie en la Real, el equipo le sienta como un guante y si su evolución sigue siendo la que está mostrando, Florentino Pérez tendrá deberes este verano. No es un jugador de futuro, sino de presente. Siempre trata bien al balón y eso es tratar mejor al espectador.

Imperial Sevilla. Apurado y al límite, pero con motivos para sonreír. Así está el sevillismo cada vez que mira la clasificación. Son 30 puntos en 15 jornadas, el equipo se muestra competitivo y si existieron recelos cuando se fichó a Julen Lopetegui, han desaparecido a golpe de puntos. Ante un fiero Leganés, los de Nervión sudaron la gota gorda, pero sacaron adelante la contienda. En un partido a cara de perro, la diferencia fue un defensa más fuerte que el vinagre, Diego Carlos. Otro hallazgo de Monchi, el Messi de los despachos. La temporada del brasileño va de la mano del equipo: ambos están imperiales.