Messi también 'ayudó' a recoger firmas

Leo Messi y el presidente del Barça Josep Maria Bartomeu

Leo Messi y el presidente del Barça Josep Maria Bartomeu / Javi Ferrándiz/AFP

Lluís Mascaró

La historia reciente del Barça no puede entenderse sin la figura de Messi. El mejor futbolista de la historia aterrizó en la Ciudad Condal hace 20 años como un niño y se ha convertido, a lo largo de estas dos décadas, en una parte imprescindible de la iconografía blaugrana. Le avala su espectacular trayectoria (634 goles en 731 partidos) y su total incidencia en los títulos logrados por el equipo: 10 Ligas, 4 Champions, 6 Copas del Rey, 3 Mundiales de Clubs, 3 Supercopas de Europa y 8 Supercopas de España.

Todos hemos creído siempre que Messi sería un ‘One Club Men’, es decir, que solo jugaría en el Barça. pero su enfrentamiento personal con Bartomeu ha puesto seriamente en peligro su futuro en el Camp Nou. Hace dos semanas anunció que se quedaba ‘por imperativo legal’ y es de esperar que el nuevo presidente le convenza para firmar su renovación. Un nuevo presidente que, por cierto, puede llegar mucho antes de lo previsto. Las elecciones están marcadas para los días 20 y 21 de marzo de 2021, pero todo podría precipitarse si triunfa la moción de censura que ayer entró en su fase decisiva.

Los impulsores (ocho plataformas y los precandidatos Víctor Font, Jordi Farré y Lluís Fernández Alá) presentaron 20.731 firmas (el mínimo eran 16.520) que ahora tendrán que validarse. Conseguir que más de 20.000 socios del Barça firmen a favor de la reprobación a Bartomeu en las actuales circunstancias resulta un éxito sin precedentes. En plena pandemia, sin partidos en el Camp Nou, con la gente volviendo de las vacaciones y sin publicidad, lo que han logrado los promotores de la moción se puede calificar, casi, de heroico. Y demuestra, sin duda, el monumental enfado que tienen los culés con la gestión de esta junta directiva.

Sin duda, el enfrentamiento de las últimas semanas del presidente con Messi puede haber dado el impulso definitivo a la recogida de adhesiones. Todavía quedan varios pasos para conseguir desalojar a Bartomeu de la presidencia, pero el primero (y, tal vez, el más importante) ya se ha dado.