Messi, Suárez... Y Arturo Vidal

Seis victorias consecutivas, a renglón seguido de aquel bache de dos partidos contra Betis y Atlético en los que solo sumó un punto, han disparado al Barça en la Liga y consolidado un liderato que solo está en condiciones de discutirle, y con considerable desventaja, el Atlético de Simeone.

Ha sido un giro total en el que, además de Messi y Suárez, autores entre los dos de la friolera de trece goles, ocho el argentino y cinco el uruguayo, ha tenido mucho que ver la mejoría del juego defensivo y, dentro de este concepto, la irrupción de un jugador como Arturo Vidal. Es evidente que la calidad y talento de Messi y Suárez marca las diferencias. Son, con el permiso de Cristiano Ronaldo, los dos mejores goleadores del mundo, algo que muy pocos equipos en la historia han logrado juntar, y por ahí suma el Barça un elevadísimo porcentaje de puntos.

Pero esta temporada, muchos de estos puntos se han ido por la fragilidad del sistema defensivo, que no exclusivamente de la defensa. Hubo un momento, hace un par de meses, que la sangría llegó a ser realmente grave. Hasta que Valverde encontró la solución. 

LA CONCLUSIÓN

Como digo, era más un problema colectivo que exclusivo de la defensa. Salvo el lateral derecho, una asignatura pendiente del cuerpo técnico, no creo que haya mucho que objetar a Piqué, Lenglet y Alba. El problema estaba en el centro del campo y en las ayudas a Alba en la banda izquierda. Faltaba consistencia, contundencia y sacrificio.

Valverde rescató a Vidal, ausente en la primera parte de la temporada, lo que incluso propició un conflicto que se hizo visible en el partido contra el Tottenham en Wembley, y el equipo respiró. Vidal ha sido titular en cinco de estos últimos seis partidos en los que el Barça ha ganado los dieciocho puntos y solo ha encajado un gol. Por cierto, el gran damnificado de esta situación se llama Coutinho, que solo ha sido titular en dos de estos seis encuentros. La conclusión parece clara.