Más madera

Messi solo habla a 10.000 kilómetros

Leo Messi

Leo Messi / AFP

Pere Mas

Pere Mas

La gente se ha quedado con la parte más anecdótica y llamativa de la entrevista, cuando Messi se refiere a su hijo Mateo como una persona que “tiene cara de hijo de puta” por la manera como lo mira y lo desafía “se termina riendo y te putea”, asegura. Por lo que se ve, incluso trata de chinchar a su padre invocando al fatídico Liverpool como contó Leo al canal argentino TyC Sports.

Visualmente es una entrevista pobre, ubicada en un espacio cualquiera de la concentración argentina. A nivel de contenidos llama poderosamente la atención que es una conversación muy de consumo local, sin actualidad, sin mencionar casi al Barcelona y que confirma su extraña tendencia a hablar prioritariamente para los medios argentinos. 

Tiene un aire de charla retrospectiva, de mirada amplia en la que le muestran fotos clave de su carrera. Bien podría bien ser una entrevista del día que cuelgue las botas. Se mostró sincero al admitir que la familia era su punto débil y que le duelen según qué críticas “se habla más de mi papá que de muchos jugadores, lo metieron en medio de muchas cosas” pero también al lamentar no tener un Mundial en su palmarés “es el sueño más grande que nos queda por cumplir”. 

La entrevista, por cierto, terminó con un deseo de los presentadores “queremos verte con otro semblante, verte sonreír” que resultó francamente inquietante.