Messi responde y pregunta

Leo Messi marcó dos goles muy importantes contra el Real Madrid

Leo Messi marcó dos goles muy importantes contra el Real Madrid / IGNASI PAREDES

Jordi Costa

Jordi Costa

Según avanza la carrera de Messi estoy más convencido de que su rareza estriba no tanto en la barbaridad de goles que ha marcado como en su capacidad para leer lo que necesita el equipo en cada momento.

Entiendo que lo que quedará para la historia es que Leo marcó dos goles (más) en el Bernabéu, que alcanzó los 500 con el Barça y que se autoreivindicó mostrando su nombre al tendido, como si abundara en el error de dudar de su hegemonía justo en casa de quien se está quedando sus Balones de Oro. Sin embargo, nada de eso hubiera tenido lugar sin el cambio que se gestó en el partido a partir de la lectura del mismo que hizo Messi.

Con el teórico 4-3-3 de inicio, con Messi orillado a la derecha, el Barça tardó casi cinco minutos en cruzar el centro del campo. Justo entonces, Leo decidió que el partido le reclamaba jugar de centrocampista, más incluso de lo que lo ha hecho otras veces. Se acercó a Busquets y dio salida al juego donde no la había. Leyó bien la distancia entre líneas del equipo blanco y se fue a buscar el uno contra uno contra Casemiro, al cual, con un árbitro justo, hubieran expulsado antes del descanso.

Messi tiene tanta libertad que da la sensación que el entrenador de turno, Luis Enrique en este caso, debe ocuparse de plantear el partido de los diez futbolistas restantes en función de lo que haga el argentino. En el Bernabéu, por ejemplo, acabó dibujando un 4-4-1, con Rakitic y Alcácer como interiores cerrando las incorporaciones de Marcelo y Carvajal, y Suárez en punta. Y Messi a su aire. Cuando estaba Xavi y faltaba gol, reventó récords goleadores; cuando ha tenido al lado a Suárez y Neymar pero ha faltado Xavi, se ha convertido en centrocampista. Y cuando faltan las dos cosas, como en Madrid, pues se convierte en más que un todocampista: un messicampista, según brillante denominación de un oyente del ‘Tot costa’.

Sucede que, en los últimos seis años con el mejor de la historia en sus filas, el Barça solo ha ganado una Champions, mientras que el Real Madrid de Cristiano ha levantado dos o puede que tres. Otra disfunción histórica que conviene corregir y que interpela, pregunta, al Barça cómo rodearle mejor. La solución tridente dio sus frutos con el triplete de 2015 pero, una vez se cierre su renovación, conviene consensuar con el nuevo entrenador y con el propio Leo a qué quiere jugar el Barça, cuál debe ser el papel de Messi en el futuro y actuar en consecuencia en el mercado para que no tenga que hacerlo todo él.