Un Messi de récord lidera un Barça a lo campeón

Messi ya es el jugador con más partidos en la historia del Barça, con 768, uno más que Xavi. Un récord más para el plusmarquista mundial de registros futbolísticos. Su trayectoria le avala como el mejor de todos los tiempos. Sus goles, sus títulos individuales y colectivos, su talento y su trascendencia han marcado los últimos 17 años del club blaugrana. Messi es leyenda. Y lo será para siempre. Pase lo que pase a final de temporada. Todos esperamos que Laporta sea capaz de convencerle con un buen proyecto para que renueve. De hecho, Koeman ha dado el primer paso para conseguir su continuidad devolviéndole la ilusión perdida. Messi vuelve a ser feliz en el campo y celebra los goles (los suyos y los de sus compañeros) como si fueran Champions. Su sonrisa le delata. Gracias a la conexión que ha conseguido con el entrenador holandés. Gracias a la complicidad con todos esos chavales que ahora le rodean. Y gracias al buen trabajo de una secretaria técnica que ha sacado petróleo al poco dinero que tenía para fichar. Pero si, lamentablemente, el crack argentino considerara que su larga y prolífica etapa en el Barça se ha acabado, solo nos quedaría que rendirle el mayor homenaje jamás visto con una ovación que hiciera temblar los cimientos del Camp Nou. Se lo merece...

Messi estableció su récord de longevidad en Anoeta, en un partido trascendental para los intereses del Barça en la Liga. El crack argentino fue, una vez más, determinante para el triunfo del equipo blaugrana. El conjunto de Koeman prosigue con su 2021 casi perfecto: 37 puntos de 39 posibles, con 12 victorias y solo un empate. Y su racha de imbatibilidad se alarga hasta las 18 partidos. Unos registros de campeón. Lástima del primer tercio de la temporada, en el que los blaugranas aún estaban pensando más en el pasado que en el futuro. Hoy, el Barça es un equipo potente y solvente. Y el brillante triunfo en el campo de la Real Sociedad (con dobletes de Sergiño Dest y Messi incluidos) lo demuestra. Mientras el Atlético flaquea (ayer se salvó gracias al gol de Suárez y al penalti parado por Oblak), el Barça crece. Y entusiasma. Camino de un doblete que parecía una quimera en el mes de septiembre y que el milagro de Koeman puede hacer posible.