Messi puso la magia en un partido sin chispa

Messi tiró del carro en un partido muy complicado

Messi tiró del carro en un partido muy complicado / AFP

Lluís Mascaró

La primera alineación del Barça en la Liga 2018-19 sorprendió por la ausencia de los últimos cinco fichajes del equipo blaugrana. Se quedaron en el banquillo Coutinho (que llegó en enero), Lenglet, Arthur, Arturo Vidal y Malcom. Valverde respetó las jerarquías establecidas en el vestuario y jugaron los de siempre, con Semedo como lateral derecho y Sergio Roberto en el centro del campo. Los más de 270 millones de euros que el club ha gastado en los últimos ocho meses no han sido suficientes, de entrada, para variar esas jerarquías.

Valverde lo tendrá muy difícil para gestionar la plantilla. Será imposible que todos los futbolistas estén contentos. A no ser que cambie su dinámica habitual y realice muchas rotaciones. En los primeros partidos oficiales de la temporada puede poner como excusa la falta de adaptación de los 'nuevos'. Pero a la que vayan pasando jornadas, esta excusa se diluirá y los fichajes pedirán su esperado protagonismo. Ahí es dónde veremos la capacidad de Valverde para convencer a todos que deben dosificarse.

Valverde debe gestionar los tiempos y los egos, pero todo depende de Messi

Este es el principal (y puede que único) defecto de tener una plantilla con tanta competencia. La virtud será, si Valverde gestiona bien los tiempos y los egos, que el entrenador puede tener enchufados a 16 futbolistas de gran calidad durante toda la temporada. La pasada campaña no fue así: algunos jugadores (André Gomes fue el caso más extremo) se desenchufaron antes de tiempo y ya no aportaron absolutamente nada. Si el entrenador consigue mantener la ilusión de esos 16 intacta, el Barça tendrá un potencial increíble.

Aunque, como siempre, todo dependerá de Messi. El crack blaugrana, más comprometido que nunca ahora en su papel de capitán, quiere liderar al Barça hacia otro triplete, aunque con la Champions como máximo objetivo. Este sábado, ante el Alavés, volvió a tirar del equipo ante un Alavés hiperdefensivo. Los blaugranas se mostraron incapaces de superar el 'doble autocar' que Abelardo puso frente a su portería. Y solo el crack argentino tuvo talento y frescura para crear fútbol en medio de un bosque de piernas.

Messi decidió el partido con un gol de genio: un lanzamiento de falta por debajo de la barrera. Y envió dos balones a los palos. Lo fue todo para el Barça. En un partido sin chispa, Leo puso la magia. Por cierto: fue el gol 6.000 del Barça en la historia de LaLiga. ¿Saben quién había marcado el 5.000? Pues Messi. Claro. Hace ya nueve años...