¿Por qué se fue Messi por la puerta de atrás?

El '10' de Messi será honrado por el Barça

El '10' de Messi será honrado por el Barça

Ernest Folch

Ernest Folch

Sí, ya sé que en el Twitter de las sectas el veredicto ya está hecho: Messi se ha ido porque el Barça está arruinado. Pero más allá de las sentencias que caben en un tuit, está la complejidad de la realidad. Porque, efectivamente, el Barça está en una situación crítica (1.350 millones de deuda y 481 de pérdidas), pero si esta fuera la única explicación de la salida de Messi, entonces no se entiende que el presidente Laporta alimentara continuamente y hasta 72 horas antes del comunicado final la esperanza de que el ‘10’ renovase por dos temporadas más.

Por mucho que se diga lo contrario, el club llevaba días trabajando internamente con el acuerdo definitivo: los contratos estaban redactados, el departamento de marketing ya tenía la campaña de comunicación finalizada y Jorge Messi tenía la convocatoria oficial para una firma puramente burocrática después que los abogados de ambas partes se hubieran puesto de acuerdo. ¿Es creíble entonces que el presidente, con todos sus ejecutivos y asesores, se diera cuenta de golpe el 3 o 4 de agosto, de que Messi ya no podía continuar?

Era muy legítimo que el Barça pensara que el ciclo del ‘10’ había terminado, que su sueldo era excesivo o que no cabía en unas finanzas en ruinas, y que había llegado el momento de construir un proyecto nuevo. Pero entonces había que decírselo a la cara, en lugar de fabricar explicaciones confusas y a la postre poco creíbles.

Lo peor no es que no sepamos todavía por qué se ha ido Messi, sino que no lo sepa ni él mismo. Y es que Messi se va, efectivamente, con la convicción de que Laporta le ha fallado, porque ganó unas elecciones presumiendo de una renovación que luego rechazó y porque al final ni siquiera escondió que prefería la improbable Superliga de Florentino a la continuidad de Leo.

Y mucho antes a Messi le falló por supuesto Bartomeu, que también le engañó y nunca supo cómo tratarlo, que dejó perder a Neymar, y le dejó solo con un proyecto deportivo paupérrimo y un club hundido por barbaridades como el ‘Barçagate’.

La sensación, al final, es que a Messi le han fallado todas las directivas del Barça, y el resultado es que su despedida no ha podido ser más triste y desangelada, propia de los viejos tiempos en los que las leyendas se iban siempre por la puerta de atrás.

El mejor jugador de todos los tiempos del Barça y del fútbol se va del club de sus amores con un comunicado oficial propio del adiós de una medianía vulgar y anónima, sin homenaje ni fecha para celebrarlo, con cuatro tuits para cubrir el expediente y con la vergüenza de tener que oír algún silbido cuando el público coreaba su nombre en el pasado Gamper.

El colmo de este menosprecio sería ofrecer el número ‘10’ a otro jugador y no dejarlo libre para siempre. Efectivamente, quizás sea demasiado pronto (o demasiado tarde) para saber por qué se ha ido Messi, pero lo mínimo exigible era tratarlo como se merecía.