Messi, principio y fin de todo

Messi, un jugador irrepetible en la historia del Barça y del fútbol mundial

Messi, un jugador irrepetible en la historia del Barça y del fútbol mundial / Javier Ferrándiz

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Del gol 5.000 del Barça al gol 6.000 han pasado nueve años. Pero el protagonista del registro ha sido el mismo: Messi. La historia moderna del club blaugrana no se entiende sin la figura del crack argentino. La presencia y la incidencia de Messi en la última década ha sido tan brutal que ha podido batir todos los récords habidos y por haber. Y los que le quedan por pulverizar. Porque, como ha quedado demostrado en este inicio de temporada, Messi no tiene la más mínima intención de aflojar el ritmo. Ni siquiera la huida de su gran rival, Cristiano Ronaldo, ha reducido su motivación. Es verdad que el épico duelo que mantenía con el delantero portugués del Madrid aumentaba la competitividad de ambos, pero Messi no parece dispuesto a poner el freno de mano. Al contrario. Ahora con el brazalete de primer capitán, Messi se siente más responsabilizado que nunca para tirar adelante un proyecto creado alrededor de su figura. Porque Messi es el principio y el fin de todo.

El Barça ha perdido a Iniesta, uno de los grandes socios de Messi, pero ha reforzado muchísimo el centro del campo con el joven talento de Arthur y con el carácter y la experiencia del veterano Arturo Vidal. Dos nuevos aliados de Messi que se unen a Coutinho, que llegó en enero y no pudo jugar la Champions. Una Champions que es, por supuesto, el gran objetivo de Messi. Del Barça. De todos los culés.

Ayer estuve en el nuevo programa de Manu Carreño en Cuatro, participando en una tertulia sobre quién había hecho, por ahora, mejores fichajes. ¿El Barça o el Madrid? Yo lo tengo claro. El Barça ha invertido más y mejor que el Madrid, reforzando sus tres líneas. Con Lenglet como tercer central para dar descanso a Piqué o Umtiti. Con los mencionados Arthur y Arturo Vidal en el centro del campo. Y con Malcom como recambio de Dembélé en el extremo. ¿El Madrid? Ha fichado un portero (Courtois) que no necesitaba y a un joven delantero brasileño (Vinicius) que, por ahora, se parece más a Robinho que a Ronaldinho. Además de Odriozola, el sustituto de Carvajal. Nada más. Y eso que el conjunto blanco ha perdido a su estrella, Cristiano Ronaldo. Que, al mismo tiempo, también era su máximo goleador. Obsesionado como está con Neymar, Florentino Pérez corre el peligro de quedarse sin recambio para su crack. Neymar es un sueño (casi) imposible. Porque ni con dinero (y eso que dispone de 300 millones de euros) podrá arrebatárselo al PSG. La única opción es una sanción de la UEFA por el ‘fair play financiero’. Pero el castigo a los franceses se antoja muy improbable.

Así las cosas, el Barça se presenta como mejor equipo que el Madrid. Con un mejor once. Con una mejor plantilla. Con un mejor entrenador. Y, sobre todo, con una estrella, Messi, dispuesta a marcar diferencias. En la Liga, por supuesto. Pero, sobre todo, en la Champions. Messi ya dijo en su primer discurso como capitán que la Champions era una prioridad. Y aunque Valverde asegure que para ganar la Champions primero hay que ganar la Liga, Messi tiene claro cuál es su objetivo. El Barça luchará por la Liga. Por supuesto. Y Messi también. Claro que sí. Ya lo demostró el pasado sábado ante el Alavés. Dos goles y dos palos. Omnipresente. El Barça, que ha ganado 7 de las 10 últimas ediciones de la Liga, quiere mantener su hegemonía. Pero si se ha reforzado como lo ha hecho es, precisamente, pensando en la Champions. La pasada campaña le sobraron 14 puntos en la Liga, pero falló en cuartos de final de la Copa de Europa en el campo de la Roma. Fue un KO estrepitoso que mostró las carencias de un Barça sin banquillo, sin suplentes de calidad, sin alternativas para Valverde. El técnico tiene ahora todo lo que necesita y más para asaltar el trono continental. Con Messi como estandarte. Como líder. Como alma. Como TODO. Porque Messi lo es TODO para este Barça. Y rodeado de los mejores, aún es MÁS.