Messi, Piqué y las selecciones

Jordi Alba y Gerard Piqué durante un entrenamiento del FC Barcelona

Jordi Alba y Gerard Piqué durante un entrenamiento del FC Barcelona / FCB

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Ahí tenemos a los dos, a Leo en uno de los mejores momentos de su carrera, que es mucho decir cuando casi todos sus momentos son inmejorables, y a Piqué jugándolo todo, todo, todo, con el Barça y jugándolo como los ángeles. Y esa explosión de rendimiento y buena forma de ambos llega precisamente cuando los dos decidieron dejar sus selecciones, temporalmente Messi y definitivamente, Piqué. Toda esa carga de minutos sobre sus piernas y de largas horas de viaje que se ahorran son una energía extra que gana el Barça. Energía física y energía psicológica, que van unidas en sus casos por lo que son y lo que representan. Messi, el mejor futbolista del mundo con el que sus compatriotas no acaban de conectar entre tanta presión por exigirle el milagro de hacer campeón a una selección del montón y tanta comparación absurda con Maradona, y Piqué por razones extradeportivas que no hace falta recordar. Así que liberados de esta tortura psicológica, los dos solo tienen en la cabeza ganar su tercer triplete con el Barça. Solo espero que este regreso de Messi a la albiceleste no perturbe la tranquilidad que los barcelonistas estaban gozando. No es por nada, pero la cosa ha empezado mal, así que crucemos los dedos. 

GANA EL BARÇA

Está clarísimo que en este escenario ganan ellos, gana el Barça y pierden Argentina y España. Si con Messi, Venezuela le metió tres, imaginen sin Messi. Y en lo que compete a La Roja, solo hay que contar los centrales que lleva probando Luis Enrique para tapar el socavón que ha dejado Gerard. Ya van seis y subiendo... Ahora bien, dicho esto está claro que una renuncia de este tipo no es lo mismo para Messi que para Piqué. El central catalán ya lo ha ganado todo con la selección española, un Mundial y una Eurocopa, mientras que al crack argentino se le resisten los premios gordos, Mundial y Copa América. Es justo y comprensible que persiga su sueño y luche por un reto que se le hace imposible.