Messi merece levantar la Champions como capitán

Messi, celebrando su gol ante el Nápoles

Messi, celebrando su gol ante el Nápoles / AFP

L. Miguelsanz

L. Miguelsanz

No hay mayor anomalía futbolística que la sequía del Barça en Europa teniendo en sus filas al mejor jugador del mundo. Parece extraño que el equipo blaugrana haya dilapidado cinco años desaprovechando el concurso del jugador más desequilibrante de la competición. Y lo ha hecho sumando sonoros fracasos como la debacle de Roma o la increíble eliminación ante el Liverpool con un 3-0 de ventaja en el partido de ida. Todo eso forma parte ya de una historia y habrá tiempo para analizarlo, porque el Barça tiene ahora una enorme oportunidad para regresar a la normalidad.

Nadie duda de que no es el mejor escenario para tener esperanzas, pero la Champions casi nunca corona a sus favoritos y <strong>el equipo blaugrana tiene opciones de ganar.</strong> Porque solo está a tres partidos de conseguirlo y porque Messi merece levantar este trofeo como capitán y símbolo de la época más gloriosa del club. El argentino ya se echó el equipo a sus espaldas ante el Nápoles, conocedor de las dificultades por las que atraviesan. Su motivación es la mejor arma para dar la sorpresa contra los mejores. Porque el camino que le ha tocado al Barça es tan tortuoso como épico sería superarlo.

En este tipo de partidos ya no hay favoritos que valgan. Los equipos que han llegado a Lisboa lo han hecho por méritos propios aprovechando al máximo sus virtudes. El Barça solo debe pensar en los 90 minutos que tendrá por delante. Pensar en las futuras semifinales o remover la conciencia por lo que se ha hecho mal en el pasado ya no tiene ningún sentido. Toca jugar once contra once teniendo en cuenta que el Barça dispone de Leo Messi para desequilibrar. Y eso puede ser ya medio partido. Ya habrá tiempo para celebrar o hacerlo saltar todo por los aires. El equipo debe arropar a Messi y pensar que el argentino merece, por todo lo que ha dado, levantar este trofeo con el brazalete puesto.