A Messi no le seduce París ni le gusta Manchester

messi mojado

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J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Ducha de agua fría en Madrid en una noche de tormenta. No se perdió la Liga pero se perdió una oportunidad. El Barça no dio la talla en la primera parte pero supo reaccionar tras el descanso y en el último suspiro acarició el empate con un poste de Ilaix. Queda mucho campeonato y el Madrid no parece hoy un líder que vaya a ganarlo todo. Messi no tuvo su mejor noche aunque lo intentó frente a la poblada e intensa defensa blanca. Sin público, con lluvia torrencial y un árbitro que no quiso ver un penalti, este clásico no pasará a la historia.

Un mes después de que Laporta fuera proclamado presidente, a pesar de la derrota, la mejor noticia barcelonista es que Messi está tranquilo y con ganas de quedarse. La renovación es imparable, se cuece a fuego lento pero seguro. Hay confianza, seriedad y visión de futuro. No hacen falta gestos de cara a la galería ni declaraciones altisonantes. No hay motivo para la polémica, todo lo contrario, existe la mejor predisposición para llegar a un acuerdo. Es tal la confianza, que se programa la próxima temporada contando con Messi.

El jugador piensa que finalizar su carrera al máximo nivel en Barcelona es la mejor opción. No le gusta Manchester ni le seduce París. Con 34 años considera que iniciar una nueva etapa en el extranjero entraña mas riesgos que ventajas. No es amigo de aventuras desconocidas. En su decisión prevalecerá la felicidad antes que el dinero. Es más importante lo que diga la familia que los cantos de sirena de los petrodólares. La buena marcha del equipo y la excelente sintonía con el entrenador son factores positivos que suman. De la misma manera que en septiembre se quería ir por sentirse menospreciado, ahora todo ha cambiado. Con Koeman ha recuperado la ilusión, con Laporta la confianza.

Para el Barça la renovación es un tema capital que lleva el presidente en persona. Tan pronto tengan el resultado de la auditoría económica, se le hará una oferta en consonancia con la crisis que vive el mundo del fútbol. Una oferta a la baja en su último contrato como jugador acompañada de una propuesta de futuro que le asegurará mayores ingresos a la larga. Hay fórmulas de entendimiento que interesan a las dos partes. El club ha llegado a la conclusión de que es más barato renovarle que buscar en el mercado un sustituto que siempre será de nivel inferior. Y el jugador sabe que el cariño y respeto que se ha ganado en el Barça no lo tendrá en ninguna otra parte. Quedan menos de tres meses para que expire el contrato el 30 de junio. Nadie está nervioso ni preocupado ya que Messi es patrimonio del Barça y el Barça es la casa de Messi. Un matrimonio que ha funcionado tan bien durante años no hay motivo ni razón para romperlo. El Madrid prescindió de Cristiano antes de hora y se ha arrepentido muchas veces. A Messi no hay que juzgarlo por su edad, sino por su liderazgo y goles.