A Messi hay que preguntarle

Jorge Sampaoli consulta a Leo Messi la entrada del Kun Agüero

El técnico argentina consulta al '10' la entrada al terreno de juego del delantero del Manchester City / sport

Carles Sans

Carles Sans

“¿Lo pongo al Kun?” Pregunta que se ha hecho titular en todos los periódicos porque está formulada por Sampaoli en pleno partido y que no la hace a su segundo sino a un jugador de campo. Eso que parece tan inusual, ya no lo es tanto cuando resulta que al que se le pregunta es el mejor jugador de mundo, el que decide partidos para su equipo y que tiene una influencia sobre él ganada a pulso. Incluso los menos perspicaces intuyen que también en can Barça la opinión de Leo Messi es importantísima. Se habló en su día que la llegada del Tata Martino fue una solicitud que provenía del entorno de Messi; no es ningún secreto el cambio de actitud de Luis Enrique después de un arranque conflictivo en su primera temporada por ciertos desencuentros con Leo. Ahora tenemos la suerte de tener a Ernesto Valverde, una persona inteligente que sabe muy bien cómo manejar los códigos de un vestuario tan complicado como el del Barça. De hecho dejó alguna pista cuando respondió a una pregunta que se le hizo después de ganar la Copa del Rey respecto a cómo había conseguido hacer trabajar tan bien al equipo, y dijo que trabajando a tope y estorbando lo menos posible. Personalmente me sorprendió que pasase tan desapercibido el comentario porque conlleva mucha más sustancia de la que parece. El caso es que Leo es mucho Leo en todos los sentidos, y su influencia es capital. Tenerle contento asegura un equilibrio muy valioso en el vestuario. En la historia del fútbol son muy pocos los jugadores que se han ganado la fuerza moral de ser consultados por su entrenador. Una joya como Messi es demasiado valiosa como para manejarla sin el guante de seda que precisa. Él habla en el campo, pero desengañémonos, fuera de él también. Así que la pregunta de Sampaoli de si metía al Kun tiene mucho sentido. Y cuidado, no estoy defendiendo que haya que entregar el poder a nadie, por muy bueno que sea; no se trata de poder, se trata de sumar talentos para conseguir los éxitos por el camino más corto, el del pragmatismo, y así hasta la victoria.