Si Messi no gana el Balón de Oro será un escándalo mundial

Messi celebra su primer gol de la noche

Messi celebra su primer gol de la noche / AFP

Ernest Folch

Ernest Folch

Cuando el Barça más estaba sufriendo, apareció Leo Messi. ¿Cuántas crónicas de la última década han empezado con esta frase? Pues una noche más vuelven a escribirse las mismas palabras, pero esta vez con otra salvajada a añadir en el currículum inverosímil de Leo Messi. 

Porque, efectivamente, cuando más sufría el Barça, que salió con el mismo tono anémico de los últimos partidos, acorralado por un Celta que fue a buscarle arriba (donde más daño le hacen), apareció Messi, primero de penalti, y luego con dos faltas antológicas más, otro suma y sigue a su lista inacabable de proezas.

Porque lo increíble ya no es que el ‘10’ del Barça marque dos trallazos idénticos e imparables sino que el portero no pueda hacer nada aún sabiendo lo que va a pasar. Y es que Messi ha inventado otra jugada, el penalti fuera del área, y los equipos rivales se lo empiezan a tomar como una pena máxima, una fatalidad inevitable que terminará en gol.

Messi en todas partes

A parte del hat-trick de Messi lo más destacado del partido fue… Leo Messi: sus conducciones, pases, asistencias y dirección del juego fue casi lo único salvable de otro partido indigerible del Barça, en el que solo se salvó el compás de Busquets (que enderezó el juego saliendo desde el banquillo tras el naufragio inicial) el dinamismo de Dembélé tras el descanso, el talento de De Jong o la templanza de Arthur.

Una vez más, Griezmann pasó por el partido de manera anónima, como si nada de esto fuera con él, profundizando en una apatía impropia de un futbolista que tiene estatus de estrella. Y es que la enésima exhibición del ‘10’ no puede esconder la realidad: todo lo que no es Messi sigue siendo en general dudoso, por no decir vulgar.

Lo curioso es que mientra el Barça no despega, Messi sigue imparable, sea con goles, asistencias o faltas. Con este panorama, si Messi no gana el Balón de Oro estaremos ante un escándalo de una dimensión equivalente a su fútbol. Es decir, de una dimensión mundial.   

Bartomeu, fiel a la tradición

El presidente del Barça respaldó a Ernesto Valverde sin vacilar y lo hizo con una frase contundente: “Valverde es el entrenador ideal para el momento que atraviesa el Barça”. El espaldarazo de Bartomeu fue antes del partido, cuando todavía no se sabía qué pasaría en el peligroso partido ante el Celta.

En el Barça echar a un entrenador es un tabú, pero hacerlo en medio de la temporada es directamente un anatema. Bartomeu se limitó ayer a seguir una tradición ancestral, típicamente culé, que dice que, pase lo que pase, al entrenador se le ratifica.