Messi debe asumir el papel de capitán

Leo Messi quiere llegar al Mundial con la Bota de Oro

Leo Messi quiere llegar al Mundial con la Bota de Oro / JAVI FERRÁNDIZ

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Messi es un crack distinto a todos los demás. Solo le gusta hablar en el campo. Allí es el rey. Prefiere el balón al micrófono. Disfruta vestido de corto, rehúye las ruedas de prensa, no le gusta la popularidad ni le interesa la fama. Es su forma de ser y hay que respetarla. Es una manera de evitar polémicas, de ser víctima del pim-pam-pum de algunos medios mas interesado en el morbo que en el fútbol. Detesta que se metan en su vida privada, que especulen sobre cosas que no ha dicho. No entra en el juego de los chiringuitos, va a la suya sin preocuparle la opinión pública. Para vender camisetas y tener patrocinadores le basta con sus goles. Leo es el jugador de fútbol de alto nivel con menos declaraciones de la historia. Es un récord del que no presume pero que le ayuda a vivir tranquilo.

El papel de Messi en el Barça va a experimentar un cambio la próxima temporada. Por antigüedad, méritos y categoría, será el primer capitán con todo lo que ello conlleva. Después de muchos años aprendiendo de Xavi, a la sombra de Iniesta, le toca dar el paso adelante. Quien ya es el líder en el terreno de juego, tiene que imponer su autoridad moral fuera del campo, dar la cara por sus compañeros cuando sea necesario, ser la voz del vestuario. Eso no significa tener que estar en primera línea informativa, significa marcar la línea en los momentos importantes, hacer declaraciones cuando las circunstancias lo requieran. Leo ha madurado mucho como persona, ya no sufre en sus comparecencias públicas, tiene un discurso futbolero creíble y sincero que conecta con los aficionados. 

La experiencia de capitán no es nueva para Messi. En unas circunstancias difíciles, tuvo que asumir la capitanía de Argentina para reconducir una situación que puso en riesgo perder la clasificación para el Mundial de Rusia. Lo hizo con decisión y valentía, defendiendo a muerte a los compañeros que fueron blanco de duras críticas e injustos ataques personales. Messi habló lo justo y necesario. Se hizo respetar y su discurso, unido al trabajo de Sampaoli, hizo posible que la albiceleste superara una crisis que les llevó al borde del precipicio. En el campo nadie discute su condición de líder, fuera es un faro de referencia por su experiencia, lo que dice Messi tiene el apoyo de sus compañeros.

De la misma manera que cuando va con la selección argentina habla con la prensa y concede entrevistas, en el Barça debería suceder lo mismo en el futuro. Es difícil de entender por qué en las dos últimas temporadas no ha participado en ninguna de las ruedas de prensa que la Champions programa antes de los partidos. Aquí solo hace declaraciones cuando tiene un compromiso comercial o protagoniza un acto de su fundación. El club debería conseguir que Messi fuera el altavoz mundial del Barça, no en vano, la entidad no solo vive de sus goles sino también de la fama y prestigio de sus jugadores como herramientas de marketing comercial. Como futuro capitán, Messi debe entender que el magnífico contrato que tiene con el Barça incluye apariciones públicas en los medios para destacar los éxitos deportivos y potenciar la imagen de marca del club.