Messi y los 'Cuentacuentos'

Laporta y Messi

Laporta y Messi ya negocian / SPORT.es

Rubén Uría

Rubén Uría

Editorializar sobre Messi es deporte olímpico. Cada opinión sobre el argentino está rociada por un camuflaje de medias verdades, que son las peores mentiras. Mientras la ‘caja negra’ de su no renovación sigue siendo material reservado, los ‘cuentacuentos’ construyen relatos prefabricados, a gusto del consumidor. Esta semana ha tocado el capítulo de las “brutales exigencias” de Messi para renovar.

Más allá de la noticia, está el contexto: siendo Balón de Oro y tras 16 años en el club, Messi pidió lo mismo que el Madrid ha pagado para firmar a Rüdiger - un buen central-, y 10 veces menos de lo que Florentino, el hombre “tranquilo”, estaba dispuesto a pagar para firmar a Kylian Mbappé - que tiene los mismos Balones de Oro que Rüdiger-, justo antes de que las marionetas de ‘Su Florentineza’ hicieran un ridículo espantoso.

El relato es ‘top’: que Messi pida 10 millones para renovar son “exigencias brutales”, pero que Mbappé cobre 150 millones por seguir en París es pura calderilla. Escándalo, los mejores piden mucho dinero. Ya saben: “El agua moja, el cielo es azul y las mujeres tienen secretos”. De propina, planea otro relato sobre Messi, uno con el que porfían los satélites desinformativos del club: su hipotético regreso al Camp Nou, que no es imposible pero que hoy está más verde que ‘Hulk’ en un día de furia. Leo hizo lo que le pidieron para quedarse.

Y Laporta se tragó el sapo de un adiós inexplicable. La herida aún sangra. El presidente siente que tiene una deuda moral y sería feliz pagándola. Ahora bien, esa intención no se ha hecho carne. Messi no ha vuelto a hablar con el presidente desde que le dijeron que tenía que irse. El que sí estaría loco porque ese regreso fuera realidad es Xavi Hernández. Encajaría como un guante en su sistema. Normal. Leo vuelve a sonreír y está como un avión: 11 partidos, 6 goles y 7 asistencias. Fuera del campo, también: su fichaje ha generado 10 patrocinadores nuevos para el club y un consiguiente aumento del 13% de los ingresos del PSG, que en un diario argentino cifra en 700 millones. Una “mina de oro”. Las exigencias de Messi son tan “brutales” que, precisamente por eso, el PSG tiene la intención de ofrecerle un contrato de renovación por una temporada, con opción a otra más, y un salario similar al que ahora mismo percibe. En París quieren formalizar esa oferta y trasladarla cuando termine el Mundial.

Messi está centrado en seguir creciendo con su equipo y dar su mejor versión en la Copa del Mundo. Después, cuando la cita de Qatar termine, se sentará para analizar las propuestas, sean de París, Barcelona o Estados Unidos, y tomará la mejor decisión para su futuro. Pero eso, para los ‘cuentacuentos’, no vende.