Messi decidirá lo mejor para el Barça

Messi ya es libre para negociar su futuro. Para decidir dónde quiere jugar la próxima temporada. Para decidir dónde quiere acabar su carrera deportiva. En agosto, cansado, irritado, triste, intentó irse del Barça antes de tiempo a través de un burofax, pero Bartomeu no se lo permitió. Hoy, día 2 de enero, le quedan seis meses de contrato y, por lo tanto, puede iniciar conversaciones de forma legal con cualquier club. Pero no lo hará. Ya lo dijo en la entrevista de Évole.

Esperará al nuevo presidente del Barça (que saldrá de las elecciones del día 24) para conocer qué proyecto futbolístico y emocional (eso es muy importante) le propone. El dinero no es lo prioritario para renovar por el club blaugrana. Es importante, por supuesto, pero no decisivo. Messi quiere saber si ese proyecto incluye un equipo capacitado para luchar por ganar, otra vez, todos los títulos. Y quiere ver cuál sería su encaje personal y profesional. Messi quiere sentirse cómodo e ilusionado. Dos cualidades que había perdido en los últimos años de Bartomeu. Por eso quería irse en verano. Para recuperar la motivación y la alegría que se habían desvanecido después de tantos fracasos y tantas mentiras.

Messi, ahora, no quiere irse del Barça. No anunciará su futuro, probablemente, hasta el mes de junio. Pero cada día que pasa está más cerca de quedarse. Por motivos familiares obvios. Pero también futbolísticos. Su conexión con Pedri (y también con Ansu Fati) es tan emocionante como esperanzadora. El crack argentino cree en estos dos niños de 18 años como aval del proyecto. También se siente cómodo con Koeman. Es un entrenador con credibilidad y que va de cara. Y, sobre todo, confía en que el nuevo presidente no cometa los errores de los dos anteriores, que gobernaron de espalda a las necesidades reales del vestuario. Messi ha entrado ya en la recta final de su gran decisión. Y estoy convencido de que, decida lo que decida, no solo será lo mejor para él sino que también será lo mejor para el Barça.