La mesa de Antoine

Griezmann celebrando uno de sus goles en el Camp Nou

Griezmann celebrando uno de sus goles en el Camp Nou / DAVID RAMÍREZ

Rubén Uría

Rubén Uría

La mesa de Antoine. Valverde avisó en San Mamés: “Griezmann tiene que buscarse la vida”. Así que en una noche sin Messi, sin Suárez y sin Dembélé, estando bajo presión y expuesto a los focos, Antoine Griezmann se buscó la vida. Demostró que no come en la mesa de Messi, pero que pocos pueden sentarse en la suya. Se echó el Barça a la espalda, lideró al grupo y abrió la puerta grande del Camp Nou. Su recital contó con la colaboración de tres productos de La Masia: uno consolidado, Busquets, imperial en el corte; el segundo, Carles Pérez, un recién llegado con buena pinta; y el tercero, un niño de 16 años, Ansu Fati, que hizo realidad su sueño. Noche de buen fútbol, noche de Masia.

“Zona Simeone”. Simeone disparó con bala: “socialmente, moralmente y emocionalmente, el Atleti sigue siendo el equipo del pueblo”. Lo sea o no, su equipo, ganó en un campo maldito gracias a un chispazo del niño Joao Félix y el resucitado Vitolo. Su gol fue un tesoro para el Atleti. Con ese botín a buen recaudo, el Atleti metió el partido en la “Zona Simeone”: cerró filas, tiró de oficio y echó la persiana. Unocerismo al poder. ¿Que no enamora? Seguro. ¿Puede jugar mejor? Claro. Luego está la realidad: dos partidos, dos victorias.

A tomar por saco. Ahí debió mandar la pelota el Madrid después de anotar su gol, según Zidane. La realidad es que no lo hizo, que Guardiola fue el nombre a la pesadilla del Pucela y que el Bernabéu volvió a irse a casa sin cenar. Con James y Bale dentro de un equipo que prometía una revolución y acabó con los de siempre, el Madrid dejó un poso amargo: más nostalgia que presente y más dudas que realidades. En Vigo le alcanzó con los de siempre. En el Bernabéu no y la ilusión del madridismo acabó en ese lugar del que Zidane se acordó al acabar el partido. A esa altura, incluso más allá, cerca  del quinto pino, están los que el año pasado veían en Vinicius al nuevo Pelé.