El mensaje de Laporta que querían oír todos los culés
Laporta es el presidente que mejor comunica de la historia reciente del Barça. En eso le saca mucha ventaja a cualquiera de sus predecesores. Su mensaje siempre es directo y (parece) espontáneo. Con una enorme capacidad de convicción. Laporta tiene un discurso cercano y, sobre todo, optimista. Y genera ilusión entre su legión de fieles. Porque ese es su objetivo: enardecer a los culés con su vehemencia. Lo hizo en su primera etapa al frente del club (todavía recordamos aquel “¡Al loro, que no estamos tan mal!”). Y lo repite ahora, en casi todas sus intervenciones públicas.
Pero ayer dio un paso más. Y marcó, posiblemente, un punto de inflexión en el estado anímico del barcelonismo. Rememorando su famosa pancarta junto al Bernabéu de la campaña electoral, Laporta aprovechó la presentación oficial de Ferran Torres para encorajinar a todos los socios y aficionados: “Que se preparen todos, hemos vuelto”. Una frase que retrata, sin duda, el positivismo del presidente y que debe servir para reivindicar el orgullo perdido después de tantos meses de zozobra. La triple crisis deportiva, económica e institucional todavía no se ha superado. Pero hay brotes verdes que permiten mirar el presente y, sobre todo, el futuro más inmediato con esperanza.
El fichaje de Ferran Torres es una demostración de que el Barça vuelve a ser un actor importante en el mercado. Tanto, que está dispuesto el próximo verano a luchar por la incorporación de un crack mundial como Haaland. Laporta quiso entusiasmar a los culés con la posibilidad (real, de verdad) de convencer al mejor goleador del planeta (y a su representante, el ínclito Mino Raiola) para que rechace todas las otras ofertas que tiene, entre ellas las del Madrid, para recalar en el Camp Nou. No fue un brindis al sol. Ni una bravuconada. Porque el Barça está muy bien posicionado para poder contratar a Haaland.
El fichaje de Haaland es económicamente viable. El club blaugrana podría pagar el traspaso al Borussia Dortmund (unos 70 millones), la comisión del agente y el salario del futbolista. El problema no sería hacer frente financieramente a una operación que superaría los 150 millones de euros, sino conseguir rebajar la masa salarial de la plantilla para dar cabida al noruego. Lo mismo que está sucediendo ahora con Ferran Torres: está fichado y presentado, pero todavía no ha podido ser inscrito. La ‘operación entrada’ de Laporta es muy ambiciosa. Pero la ‘operación salida’ tiene que ser antes una realidad.
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