Menos hablar del triplete y más prioridad a la Champions

Es bueno reconocer que el Barça llega a mitad de trayecto con la mejor valoración posible, un sobresaliente que nadie puede discutir

Messi, durante un partido esta temporada

Messi, durante un partido esta temporada / VALENTI ENRICH

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Estamos justo a mitad de temporada. Ya sabemos que las notas de verdad se dan a final de curso, pero es bueno reconocer que el Barça llega a mitad de trayecto con la mejor valoración posible, un sobresaliente que nadie puede discutir. Líder destacado de la Liga con cinco puntos de ventaja y con el Madrid hundido en la miseria a 10 puntos. Cuartofinalista de Copa por mucho que algunos intenten derrotarle en los despachos. Clasificado para octavos de la Champions como campeón de grupo y con un rival accesible en el horizonte, el Olympique de Lyon.

Y lo que es más importante, con un equipo que gana en experiencia y potencial gracias al talento y ambición de Leo Messi. A su lado Suárez es más goleador, Dembélé crece a ojos vista, Arthur se revela como un gran fichaje y Piqué impone su ley en defensa.

El único problema del Barça es que siempre necesita ganar. Perder es una decepción, no ganar títulos un fracaso. En consecuencia el nivel de exigencia es terrible. Fijarse como meta el triplete como hizo Jordi Alba en la Gala de SPORT significa tanto como ponerse la soga al cuello.Aspirar al máximo, tener como objetivo ganarlo todo, pensar en hacer una temporada perfecta es poner el listón muy alto, mitad reto, mitad locura. No en vano, una cosa son los sueños y otra la cruda realidad. Por su potencial económico, grandeza, ambición de sus socios, el Barça siempre tiene que aspirar al máximo.

Trauma en el Camp Nou

Para cualquier club conquistar el doblete, Copa y Liga, es un éxito colosal. Para el Barça parece que no. Está tan acostumbrado a ganar los títulos nacionales que parece casi una obligación, una rutina. No debería ser así. Si encima sucede que el máximo rival, léase Real Madrid, gana tres Champions consecutivas, se explica de alguna manera el trauma que se vive en el Camp Nou cuando ve que sus éxitos quedan empañados por un título mayor. En esta dicotomía vive el equipo de Valverde. La Liga sabe bien pero sabe a poco si el rival gana la copa más prestigiosa.

Ante esta realidad incuestionable toca fijar prioridades para que nadie se llame a engaño. La Champions por encima de todo. Eso no significa tirar la Copa o no pelear por la Liga, simplemente quiere decir que lo del año pasado en Roma no puede repetirse. Hay que intentar que Messi y compañía lleguen frescos a las eliminatorias clave, que nadie asuma riesgos innecesarios en forma de lesiones, las piernas de los cracks no deben cargarse más de la cuenta.

Messi, a levantar la Orejuda

Messi sabe que volver a ganar el Balón de Oro pasa por levantar la copa orejuda. La continuidad de Valverde vendrá dada por si llega o no a la final del Wanda Metropolitano. La firma de nuevos patrocinadores también va ligada a la conquista del título más importante. Incluso el futuro de Bartomeu pasa por aprobar la signatura pendiente en Europa desde hace demasiados años.

Que nadie se engañe, si ahora hiciéramos una encuesta para conocer lo que piensan los socios respecto a los títulos en juego, nos daríamos cuenta de que toca hablar menos del triplete y dar prioridad a la Champions. Messi ya dijo en la presentación del equipo en agosto que el objetivo número uno era la Champions. Hagámosle caso.