Memphis y Piqué presentan credenciales

Gerard Piqué

Gerard Piqué

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

En cualquier orden de la vida, no hay mejor manera de iniciar un nuevo ciclo que con compromiso, personalidad y buenas sensaciones. En el fútbol eso de traduce en buen juego y resultado. Y es indiscutible que el Barça inició ayer el ciclo más importante, por lo incierto y determinante a la vez, de su historia. Es inevitable que el futuro sin Messi produzca un cierto vértigo, es el mejor futbolista de la historia del fútbol y acaba de irse ante la imposibilidad económica de renovarle. Iniciamos, pues, otra historia, que, apresurémonos a decirlo, no tiene porqué ser triste.

A partir de ya, cualquier comparación con Messi será perder el tiempo. Hay que hacerse a la idea de que ya no está y aprender a jugar sin él. Desde esta perspectiva, lo que vimos ayer fue ilusionante. El equipo jugó con personalidad y las ideas claras. Con todos los jugadores motivados y comprometidos. Es como si la ausencia del genio que todo lo solucionaba, hubiese unido a todos en el compromiso colectivo. No está Messi, pero ahí estamos nosotros. Esta es la actitud.

ESTO EMPIEZA BIEN. El primer Barça post-Messi fue una sinfonía de juego coral apoyado en las individualidades que aportan su talento, porque no nos olvidemos que el Barça sigue teniendo mucha calidad. En este sentido, Piqué, Busquets, De Jong, Pedri, Griezmann... dieron un paso adelante y se encontraron con un nuevo socio que dará que hablar, Memphis Depay. Lo del holandés ha sido llegar y besar el santo. Calidad y personalidad a raudales. Juega y hace jugar, le puso el balón en la cabeza a Piqué para abrir el marcador, combinó con Griezmann y Braithwaite como si llevara jugando con ellos toda la vida y conectó con la afición con sus detalles de crack y ganas de espectáculo.

Por cierto, mención especial, también, para Braithwaite, que marcó dos goles y dio otro, pero el mejor diagnóstico de lo que puede ser el nuevo Barça está en el primer gol. Lanzamiento de falta de Memphis y remate de Piqué. La ilusión y calidad del futuro y el compromiso de los años prodigiosos que no debe cambiar. Piqué se bajó el salario para que Memphis pudiera jugar y Memphis le regaló el primer gol de la nueva era. Esto empieza bien.