Medidor de sonrisas

La gestión de Zidane ha sido muy cuestionada

La gestión de Zidane ha sido muy cuestionada / AFP

Carme Barceló

Carme Barceló

 Las manos se frotaban. Quince días de máxima felicidad. El bochornoso 2-8 y el burofax como medicación antidepresiva. Las cortinas corridas en Valdebebas y en la gran casa blanca, que respiraba tras ganar una Liga en pandemia y quedar vergonzosamente apeados en octavos de final de la/su Champions. Risas y sonrisas avistando el desastre deportivo e institucional en Can Barça. Bale como actor invitado en esta ópera bufa, apretándole las tuercas para que se fuera del Real Madrid. Nunca había oído y leído tanto de golf entre los ‘futboleros’ como estos dos últimos meses. Por no hablar de James, que como no dice ni mú, a ver si lo colocamos pronto y aquí paz y después gloria.

Zidane, con ese semblante impertérrito que camina entre la sonrisa y la condescendencia, marcando con claridad a quienes considera los suyos y a los que no lo son. La ley del mínimo esfuerzo para recuperar al activo galés del club que alguna Champions dió, dicho sea de paso. El gran psicólogo. El gran gestor de vestuario. La película acabará como la del Barça: reduciendo la masa salarial a golpe de salidas a la baja. Que en todas partes cuecen habas, señores y señoras. Pero las de la ciudad condal han quedado más duras e indigestas, casi siempre.

El deporte nacional ha creado un subgénero basado en la sonrisa. La continuidad de Messi en el FC Barcelona ha descolocado al propio y a los extraños. En el caso de Leo, el mejor futbolista del mundo, ya reconduce la rabia para mutar en pragmatismo. El ‘a contra cor’ (‘quedarse con reticencias’) revierte en profesionalidad, amor al fútbol y al club que le vio crecer y multiplicarse. ‘Qui dia passa, any empeny’ (‘Todo sea para ir tirando’) y a esperar un nuevo presidente, una nueva junta, un nuevo proyecto o una salida de la entidad hacia otro destino que le motive más. Absolutamente lícito. Pero mientras esté D10s en la tierra y entre nosotros, congelará la sonrisa de los que miden la intensidad de la suya. Al tiempo.