McLaren y Honda ya duermen en camas separadas

Fernando Alonso

Fernando Alonso / AFP

Josep Lluís Merlos

Josep Lluís Merlos

Este fin de semana debían recibir la esperada actualización del motor. La que no llegó en Canadá. En Bakú, parecido al Gilles Villeneuve, la van a necesitar, y más con una recta tan larga.

McLaren sufrirá, con un Alonso saliendo último tras la rotura en la carrera anterior. Pero esto ha dejado de ser novedad.

La situación no es la mejor para ninguna de las dos partes. La cuenta atrás para los anuncios del futuro de los implicados va a tal velocidad que tal vez lleguen antes de septiembre.

El divorcio entre McLaren y Honda es evidente, incluso teniendo en cuenta los acuerdos económicos que les vinculan y que, para los de Woking, resultan cruciales.

Si bien es cierto que hoy en día adaptar un motor u otro a un chasis ya no es tan complicado como antaño, lo determinante es que esta unidad de potencia exista. Y, a día de hoy, ninguna de las alternativas con las que se ha especulado (Alfa Romeo o Porsche) tienen base real, y apenas habría tiempo para tener un motor a punto para el próximo año, a riesgo de otro calvario como el de los tres últimos años.

McLaren parece condenada a entenderse con Honda, a no ser que alguno de sus pudientes accionistas ponga un cheque en blanco sobre la mesa para cubrir la ausencia de los japoneses… o el contrato de Alonso, que difícilmente estará dispuesto a nuevas aventuras.

La alternativa Mercedes tampoco es garantía de éxito, porque tan solo situaría a McLaren al mismo nivel de los otros clientes de la marca de la estrella, con pocas opciones de plantar cara al coche “madre”… en el supuesto que este continúe.

Las 500 Millas del 2018 volverán a coincidir con Mónaco, y un segundo “permiso” para Fernando parece complicado. Otra cosa es Le Mans, y a día de hoy son diversas las evidencias que le sitúan en las próximas 24 Horas, probablemente con Porsche… si es que los alemanes deciden seguir.

Sea como sea, en 2018 cada vez parece más difícil ver a Alonso en la F1. Pero, teniendo en cuenta su querencia por los USA: ¿por qué no combinar la IndyCar con Le Mans?